­Ayer no fue precisamente la mejor carrera de Jorge Lorenzo en Moto GP. Y no lo fue solo porque tuvo que abandonar a falta de pocas vueltas cuando rodaba a la cola de la carrera, sino porque nunca se le notó con esa ambición que había recuperado en las últimas pruebas.

El mallorquín arrancó desde la cuarta posición. En principio no era un gran problema, salvo que Rossi estaba delante y con él se jugaba el subcampeonato. Una buena arrancada, como ha hecho muchas veces, podría superar este obstáculo de salir algunos metros detrás. Pero al apretar el acelerador ya se notó que Jorge no iba a tener un papel destacado durante esta prueba. No solo no logró superar a los que salían por delante de él, sino que varios de sus competidores ya le habían superado al llegar a la primera curva.

Así, el piloto de Yamaha pasó varias vueltas en una séptima posición. Y fue entonces cuando empezaron a caer las primeras gotas. El cielo estaba negro y parecía que iba a caer una gran tormenta. El mallorquín fue avanzando posiciones y llegó a colarse en cuarta posición, pero muy lejos de la cabeza, donde Marc Márquez y Valentino Rossi se peleaban por liderar la carrera.

Es cierto que Lorenzo fue valiente, pero esta vez se equivocó. Ante la posibilidad de que la lluvia cayera con más intensidad, sus mecánicos le prepararon la otra moto con neumáticos de agua. Y así el mallorquín entró en boxes. Creía que siendo el primero en entrar para cambiar la moto le podría situar en las primeras posiciones, siempre y cuando sus rivales también lo hicieran, ya que existía el peligro de caerse si el asfalto estaba mojado. Pero la intensa lluvia no llegó nunca. Lorenzo calculó mal la predicción meteorológica y cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde. Se situó en la última posición, mientras sus competidores seguían luchando por la victoria. Apenas dio una vuelta y terminó entrando en el taller. Así se ponía punto y final a una temporada para olvidar. Un año que empezó mal y terminó peor. Su abandono permitió que Valentino Rossi, con independencia de que ganara o no la prueba de ayer, consiguiera el subcampeonato. Y a Jorge Lorenzo no le gusta que su compañero de equipo termine el año por delante de él, pero lo cierto es que el estado de forma que ha demostrado el italiano es asombroso.

El ganador volvió a ser Marc Márquez, que con la victoria de ayer, la número 16 de este año, supera el récord de Doohan. Ya no quedan adjetivos para calificar a este piloto, que se ha convertido en la auténtica estrella del circo del motociclismo. Y eso que ayer parecía que estaba más pendiente de que su hermano Álex consiguiera proclamarse campeón del mundo de Moto3, que de su propia carrera. El piloto de Honda salió cuarto, pero no tuvo problema en ir escalando posiciones hasta situarse en la cabeza. Adelanta donde nadie es capaz de hacerlo y tiene tal control de la moto que es imposible alcanzarle. Con la prueba de Cheste termina un campeonato marcado por la superioridad de Marc y por el mal año de Jorge.