El español Fernando Alonso (Ferrari), doble campeón del mundo de Fórmula Uno (2005 y 2006, con Renault), quemó el motor de su monoplaza y acabó por ese motivo antes de tiempo el segundo entrenamiento libre para el Gran Premio de Brasil, en el circuito de Interlagos, en Sao Paulo.

Alonso, que había sido cuarto en el primer entrenamiento libre, paró entre la tercera y la cuarta curva de la pista paulista, con el motor de su Ferrari incendiado, a falta de 24 minutos para el final de una sesión que, por ese motivo, se paralizó, con bandera roja.

El doble campeón mundial asturiano se bajó del monoplaza, tomó un extintor y apagó él mismo las llamas.

Este incidente no le causará pérdida de puestos en parrilla, ya que Alonso rodaba en esos momentos con un motor viejo, ya usado a principios de año.

De hecho, tras el suceso el piloto asturiano restó importancia al incidente y afirmó que en el equipo sabían que el motor "estaba llegando al fin de su ciclo".

"Hoy sabíamos que utilizando una unidad de potencia que estaba llegando al fin de su ciclo, corríamos el riesgo de no completar las dos sesiones, pero esto formaba parte de un programa ya adoptado hace algunas carreras", dijo.

"Siempre es una pena no poder aprovechar todos los minutos que tenemos a nuestra disposición, aunque no creo que esto haya condicionado demasiado nuestro trabajo", agregó.

Al referirse a la pista de Sao Paulo, Alonso dijo: "La nueva superficie de la pista ofrecía mucho agarre y era muy difícil armar una buena vuelta, porque el comportamiento de los neumáticos variaba en cada curva".

"Cuando el asfalto es nuevo, la lluvia representa siempre una gran incógnita y es imposible hacer pronósticos. Ese habría sido el caso también en Sochi, pero allí no llovió, con lo que tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad", concluyó.