Síguenos en redes sociales:

Análisis

El primero de la fila

Ya se lo habíamos anunciado. El Racing se ha metido en concurso de acreedores y van seis sólo en Primera División. El Mallorca abrió la puerta, en esta categoría, y las ratas han salido una tras otra seducidas por la flauta, cual sucede en Hamelín. Esta sí que es otra Liga y no la bipolar encarnada por el Barcelona y el Real Madrid, de la que ahora empiezan a sospechar muchos aferrados al carro de nuestra constante llamada de atención. Es lo que tiene ser de provincias.

Repasemos. Aún no hemos empezado y los jugadores del Rayo, que no ha fichado todavía a nadie, ya amenazan con no entrenar si no cobran. El Zaragoza se ha hecho con dos cesiones del Real Madrid Castilla, el Granada espera ayuda del Udinese y en Santander creen que Héctor Cúper hará milagros. El Betis no paga a su goleador, Molina, y se desespera al no poder traspasar a Emaná, como le pasa al Mallorca con Webó y Castro, entre otros. No estamos en la Liga de las estrellas, sino de los estrellados.

Estamos de acuerdo en que los tres fichajes puestos a las órdenes de Laudrup no enamoran. Ni el portero, ni el lateral uruguayo oficializado ayer parecen refuerzos, sino más bien complementos. Pero ninguno, incluido el isarelí Tomer Hemed, por ahora una incógnita, está llamado a marcar diferencias y, lo más importante, ninguno de ellos ha costado un euro que, dadas las circunstancias, es lo que prima.

Quienes hoy día se tomen el fútbol como una válvula de escape, se equivocan. La fratricida guerra entre las huestes y patrones de Mourinho y Guardiola pretende mantener vivo el fuego de la pasión, pero no hace sino acrecentar las enormes diferencias de las que han surgido otras realidades. La nuestra, sin ir más lejos.

Pulsa para ver más contenido para ti