El Ajuntament de Palma ha tasado en 1,7 millones de euros el coste de derruir lo que queda del estadio Lluís Sitjar, cantidad de la que, según Cort, deben hacerse cargo los copropietarios. Pero no me salen las cuentas. Me parece un auténtico regalo y alguien debería explicarme cómo se ha hecho tal cálculo.

Me explico. El hotel que se derruyó hace unas semanas en s´Arenal tenía 2.700 metros de estructura asentada en un solar de 280 metros. Pues bien, el coste de los trabajos subieron a la friolera de 680.000 euros, casi la mitad que el 1,7 del Sitjar, cuando no hay punto de comparación en lo que a metros de estructura ni de solar. Además, teniendo en cuenta que sólo por reciclar, en TIRME se cobra a 58 euros la tonelada, y que del Sitjar no es descabellado calcular que se sacará un mínimo de 100.000, entonces ya estaríamos hablando de 5´5 millones euros ¡sólo por reciclar! Derruir, aparte.

Antiviolencia ha abierto un expediente a Mourinho y Preciado por el rifirrafe entre ellos. Se me antoja que estos de Antiviolencia también son dados a mear fuera de tiesto porque, ¿cómo puede intervenir en esta pardalada y dejar que los suportters del Mallorca (y de la mayoría de clubes de Primera) campen a sus anchas? De sólo pensar en el espectáculo del Estadio Balear, se me ponen los pelos de punta.

La Penya Barralet, de la que no tengo inconveniente en reconocer mi condición de socio, esta semana ha celebrado su 30 aniversario. Pero a mí no me invitaron. Ja no m´estimen.

Hablando de peñas del Mallorca, Xisco Bauzá, presidente de la Federació, ha decidido presentar su dimisión. Alguien me comentaba que "es como San Pablo. Ha visto la luz y se ha convertido al basquetbolismo". Bromas aparte, sí, el bàsquet tiene algo que ver, pero ello no implica que Xisco renuncie a su condición de futbolero ni de mallorquinista. El asunto estriba en que su hijo ha fichado por los cadetes (creo) del Joventut de Badalona (a aquesta casa, sembla que es tè molt de seny) y los viajes a Barcelona estarán a la orden del día. Quien lo sabe, y entiende de la cosa, me comenta que el hijo de Xisco Bauzá lleva camino de convertirse "en un base de ensueño". Amén.

El domingo tuvo lugar la presentación de los equipos base del Mallorca Bàsquet en el Palau d´Esports d´Inca. Hasta aquí todo bien. Magnífico. Ahora bien, tengo la ligera impresión de que quienes ahora mandan en el club inquer/murer no tienen el más mínimo sentido del ridículo. ¿Cómo pueden montar, como guinda de la tarde, un partido Mallorca-Platja de Palma del que, en base a la lógica, no era difícil prever que acabaría como acabó? Los niños ¡todos! abandonaron al descanso. Ellos todavía se libraron. Quien no pudo hacerlo fue Diego González, delegat d´Esports, que tuvo que mamarse todo el partido. Pero claro, se supone que ello va incluido en el sueldo.

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