El fútbol ha aportado a la literatura y al lenguaje coloquial pocos vocablos y escasas frases. Habitualmente, las novedades del diccionario han sido traducciones o adopciones del inglés. Ahora nos toca aceptar del portugués la "espaldinha", es decir, el pase de espalda que dio Cristiano Ronaldo en el Santiago Bernabéu y que parece que ya ha pasado a la historia. Sin embargo, la mejor espaldinha fue de Pepe, quien desvió un tiro de Cristiano y le marcó un gol a la Real Sociedad en Anoeta.

Toda acción singular o incluso ramplona del jugador portugués cobra caracteres mitológicos. Se da la circunstancia que en el Barcelona también hubo dos especialistas en el pase de espalda, Ronaldinho e Ibrahimovic y ambos gestos no han pasado a las páginas de oro del balompié.

Fue en el derbi madrileño y por ello cobró más trascendencia. Ganaba el Madrid 2-0 y el Atlético ya había arrojado la toalla. Entre otras cosas, porque como en múltiples ocasiones, el árbitro también estuvo de parte del anfitrión. Con los jugadores rojiblancos un tanto molestos llegó la jugada. Fue un recurso. En el caso del portugués, dada su tendencia a la chulería, el gesto no fue bien recibido. Raúl García le amenazó poco menos que con darle una oblea y Cristiano le mandó a que lo sodomizaran.

Media España, la proclive al madridismo y espoleada por turiferarios (uno de ellos es tan peculiar que discute que el sol no sale siempre por el Este ya que depende de la situación de cada país), ha gozado con que se haya creado polémica por la espaldinha. A Cristiano le ha venido bien la nueva ración de cánticos.

Resolver una jugada de tal manera no tiene por qué ser provocación como interpretaron los jugadores atléticos. Puede ser una improvisación que sorprenda al adversario. Lo malo está en que el protagonista goza de las simpatías del madridismo universal, pero en cada partido se crea cientos de enemigos. En muchos campos empieza a ser costumbre que le silben cada vez que toca el balón. Su respuesta de poner la mano en la oreja para responder al público como hizo en Alicante, no hizo mas que aumentar las fobias hacia su persona. No consta, públicamente, que el club le reprobara tal acción.

El inglés trajo palabras incluidas en el DRAE como córner, penalti, líder, liderato, liderazgo, míster, fútbol, goleada y derivados tales como goleador, futbolín, clubes, penaltis que aún hay quienes se empeñan en escribir "penalties". El ingenio español puso en el mercado "mangriñanear", acción de anular a Di Stéfano o cualquier estrella mundial. El vocablo no acabó de cuajar porque a fin de cuentas el protagonista era de La Vall d´Uixó. Si calaron tener un hijo de penalti y, por supuesto, más moral que el Alcoyano.

Lo malo de la espaldinha no es que sea portuguesa, sino que mucho me temo que salgan imitadores. La televisión tiene la ventaja de promover y popularizar todo tipo de singularidades, aunque sean chuscas o perniciosas.