Al fin Gregorio Manzano pudo ser protagonista de una rueda de prensa en la que, salvo postrera pregunta a destiempo que no mereció respuesta, sólo se habló de fútbol.

La llegada del fin de semana, sea sábado, domingo, a partir de ahora, el mismísimo lunes, actúa como un bálsamo contra el estrés que provoca el espacio entre paréntesis que separan una jornada de la otra. En este sentido, abandonar la Copa del Rey ha sido una gran desgracia.

Puede que no resulte apasionante la sorpresa causada por la pronta y milagrosa recuperación de Josemi, que es un fenómeno o alguien se pasó de diagnóstico, ni siquiera la entrada en la convocatoria de Truyols, cuarto futbolista del filial llamado al primer equipo esta temporada, pero es probable que el mallorquinista de a pie muestre mayor interés en ambas noticias que en los presuntos escándalos de los despachos, cuyos titulares amenazan con el uso de cuerpos mayores que el que merecen los mucho más flagrantes casos de corrupción política que nos azotan.

Ingenuo de mí, pensé en un principio que fue Antich quien había llamado a Mateu Alemany para proponerle alguna consellería vacante o hacerle una oferta para el traspaso de Gregorio Manzano al Palma Arena o algo así. Después supe que la conversación había discurrido en la dirección contraria y que, en todo caso, el president ya se pasará por Son Moix el día del Barça.