A punto de alcanzar apenas el primer tercio del campeonato, el Mallorca se encuentra ya a mitad de camino de la permanencia. Aunque aún no ha aprobado la asignatura de sus resultados en campo ajeno, la matrícula de honor que obtiene en los parciales de casa le mantienen bajo un manto protector que, de no caer en barrena, garantiza el disfrute de una temporada que, a falta de calma en los despachos, da tranquilidad en el terreno de juego. Gana incluso cuando juega mal, indicio de que el destino está de su parte.

con la fortuna de cara. Ayer se desvaneció el tópico de que la suerte es de quien la busca. El Almería se afanó en encontrarla, pero tropezó con ella su anfitrión para sumar por victorias sus actuaciones en el Ono Estadi. Hugo Sánchez había estudiado minuciosamente el encuentro, mantuvo a Borja Valero maniatado, machacó a Mattioni por la banda izquierda y presionó al límite para desquiciar a un enemigo lento, impreciso y nervioso que sacó fuerzas de sus individualidades. Aouate con intervenciones portentosas y Castro, oportunamente inspirado, fueron los conquistadores de tres puntos que estuvieron muy cerca de emprender el vuelo hacia el sureste peninsular.

en familia. Palma se está convirtiendo en la ciudad donde menos público acude al espectáculo del fútbol. Cuando el equipo es sexto en la clasificación, triunfa jornada tras jornada y convence en casi todas, con alguna excepción, que sólo doce mil almas se citen en Son Moix no se debe exclusivamente a la crisis económica. Algo están haciendo muy bien los jugadores, y algo se está haciendo muy mal en la sala de máquinas. No podemos asegurar que la afición le haya dado la espalda a la plantilla y al cuadro técnico, pero parece que sí se la ha dado al club y es que globalizar el mercado de futbolistas no es lo mismo que despersonalizar la propia identidad dejando sentimientos colectivos bajo la administración de ´safines´, ´juanolas´, ´ecos´ o fontaneros de allende los mares. Abajo se ganan partidos, pero arriba se pierden puntos. Hay que salir urgentemente en busca del eslabón perdido.

cambio de líder. A pesar de la caza de Pellegrini, pocos imaginaban que el Real Madrid llegaría al partido del siglo de cada año como primer clasificado. Le anularon un gol reglamentario al Racing por la misma razón que lo concedieron al Barça cuando se enfrentó al Mallorca en el Nou Camp. Los árbitros están para proteger a los grandes en perjuicio de los modestos. También como cada año. Igual que en la vida misma. No ocurre sólo en España, sino en toda Europa y, probablemente, todo el mundo. Por eso Francia estará en el Mundial e Irlanda, no. Por eso se repitió el Bahrein-Uzbekistán, pero no el partido en el que Henry hizo gala de sus dotes para el balonmano. Por eso se investiga el amaño de doscientos partidos en nueve ligas continentales, entre las que no está la de España. Seguimos siendo la reserva espiritual de occidente.

bravo chicos. Concedamos honores de primera página al Mallorca B, el único equipo español que permanece imbatido. Líder del grupo III de Segunda B. Una verdadera gesta de los niños de Jaume Bauçà, que los manda. Un grupo humano que nos hace concebir esperanzas de volver a tener un equipo en la Liga BBVA y otro en la Adelante. Aunque nos preguntemos si tanto esfuerzo, visto lo visto, merece realmente la pena.