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Gente en la sombra

Raimundo de las Heras: "A veces es más formativo perder porque ganar siempre no es real"

"Los comentarios desafortunados de un padre o de una madre al jugador antes, durante o después del partido tendrán su influencia" - "No veo un problema en la competitividad, a los niños les gusta, siempre que se tenga claro cómo gestionarla"

Raimundo de las Heras posa en al campo del Salista, en donde desarrolla la mayor parte de su trabajo en el Constancia. J. V.

­­Ha trabajado y trabaja en deportes como fútbol, tenis, baloncesto, patinaje artístico o gimnasia artística. Estuvo durante un año en el fútbol base del Espanyol de Barcelona realizando sus prácticas de Máster en Psicología del deporte. Actualmente combina su labor en el Constancia, Son Rapinya de patinaje artístico, el gimnasio BTW, formaciones del proyecto “Posam valors a l’esport” y colabora con la Federación Balear de Baloncesto, además de su consulta privada y asesorar a clubes y empresas. “Els pares són titulars” es uno de los proyectos que está llevando a cabo en el CE Constancia con los padres de los jugadores de las categorías de benjamín, alevín e infantil. Es Raimundo de las Heras, nacido en Palma hace 26 años.

-¿Un psicólogo en el fútbol base?

-Somos dos. Pese a no estar de forma presencial por motivos laborales, Tòfol Villalonga, que inició el departamento hace unos diez años, participa activamente en la planificación y seguimiento de todo lo que trabajamos. Esta temporada también tenemos la suerte de contar, como suele ser habitual, con alumnos en prácticas de la UIB; este año son Jaume Mas y Marina Alomar.

-¿Cómo les han recibido los padres?

-Con mucha aceptación, agradecen verse involucrados en el proyecto deportivo del club. La famosa frase de “Los padres cuanto más lejos mejor” creo que no se sostiene por ningún lado cuando sabemos que estos tienen una gran influencia, queramos o no, sobre sus hijos. Además, en la mayoría de casos hacen posible el deporte base, tanto a nivel económico como logístico.

-¿Qué conceptos o actitudes han visto que se mejoran o corrigen enseguida?

-La concienciación acerca de su influencia en el desarrollo de su hijo, tanto en relación al fútbol como a nivel general. Todo ello favorece un cambio en las interacciones padre-hijo antes, durante y después de los entrenamientos y partidos; así tenemos más opciones de sacar el máximo provecho a toda la labor de los entrenadores del club. Por ejemplo, como técnico puedes entrenar muy bien durante la semana, pero comentarios desafortunados de un padre o una madre al jugador antes, durante o después del partido tendrán su influencia.¿Por qué no trabajarlo? Muchas veces los padres actúan de una forma con sus hijos pensando que es lo mejor porque nadie les ha dado una alternativa. En eso consiste parte del trabajo, en generar alternativas si es necesario; por ejemplo, ver a un niño nervioso y decirle “¡Ponte tranquilo!” dando por supuesto que se tranquilizará.

-¿Los padres necesitan terapia?

-No hablaría de terapia. Los psicólogos deportivos no sólo trabajamos cuando hay problemas, también para potenciar las capacidades de las personas. Lo que sí necesitan los padres, por mi experiencia, es asesoramiento. A nivel emocional todos tenemos mucho que aprender; y no sólo los padres, también entrenadores, jugadores, directivos y personal del club. Trabajando con entrenadores y padres en la base tenemos más opciones de prevenir problemas futuros y optimizar el rendimiento.

-Su trabajo no sirve si el niño llega a casa y los padres tiran por la borda su labor.

-Nuestro trabajo es más eficiente si cuando el niño llega a casa los padres nos apoyan y orientan al niño a lo que sea mejor para su desarrollo como persona y como deportista. Para conseguir eso creemos que es necesario trabajarlo, ya que como dice un refrán mallorquín “ningú neix ensenyat”.

-¿Qué problemas o dificultades se han encontrado en el fútbol base?

-En cuanto a niños y adolescentes, las dificultades en que más trabajamos son la diferencia de rendimiento en entrenamientos y partidos, dificultad para gestionar la presión o la frustración, para mantener la concentración o combinar estudios y deporte, entre otras. Intentamos combinar el trabajo con los jóvenes, padres y entrenadores, ya que estos son clave para que un niño o un adolescente logre superar estas dificultades propias de su desarrollo.

-¿Existe demasiada competitividad desde temprana edad?

-No veo un problema en la competitividad en sí, a los niños les gusta y la competición puede ser muy formativa, siempre y cuando las personas que están alrededor tengan claro cómo gestionarla. El problema surge cuando ganar es lo único que marca la competición y nos da igual todo lo demás. La competición es la situación donde el mensaje de entrenadores y padres puede ganar más credibilidad, así que hay que aprovecharlo. Además, creo que incluso a veces es más formativo perder porque ganar siempre no es real, ni en el deporte ni en la vida; no hay que olvidar que en el deporte base trabajamos pensando a largo plazo.

-¿Cómo podemos ser mejores jugadores y mejores padres?

-Hay muchos factores, pero ayuda actuar de forma coherente con lo que queremos conseguir. Aquí es donde a veces aparecen las excusas, que hacen mucho daño, ya que eximen de responsabilidad y es muy difícil mejorar sin asumir responsabilidades.

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