Un día antes de conseguir el ascenso a la División de Honor no quería ni pensar en esa posibilidad ya que “esto es fútbol, y puede pasar cualquier cosa”. La temporada que ha hecho al frente del Ferriolense juvenil es para enmarcar, ya que el cuadro palmesano se proclamará -resta una jornada aún- campeón de la Liga Nacional con todos los honores y con unos números difíciles de igualar. Este cuadro vuelve a la máxima categoría después de muchos años de ausencia. El artífice de este nuevo ascenso es el técnico José Antonio García, más conocido por Tato (Palma, 1979).
-¿Se lo cree?
-La verdad es que ahora sí. No obstante, hasta que el colegiado no pitó el final del partido no lo di por hecho. Y es que he visto ya muchas cosas en el fútbol.
-¿Qué sintió?
-Explotamos de alegría. Lloramos, nos abrazamos, saltamos y no me acuerdo de muchas cosas más. Hay que pensar que aunque desde el exterior se pueda ver que ha podido ser fácil, para nosotros este título es muy importante y difícil de conseguir. Solo sube uno cada año y esta temporada nos toca a nosotros.
-¿Tan duro ha sido?
-Sí, por eso al final todos nos abrazamos y lloramos, porque habíamos conseguido lo que perseguíamos con trabajo. Fue mucha emoción acumulada. Ha sido duro. Solo ellos saben por todo lo que hemos pasado. Han sido 173 sesiones preparatorias, que se dice rápido. Y al final ha habido recompensa. Han sido muchos entrenamientos y partidos para conseguir esto. Pienso que ha valido la pena.
-En una categoría tan exigente solo han perdido tres partidos.
-Sí, tres y por la mínima. 1-0 contra el Penya Arrabal, 2-1 ante el Mallorca B y 3-2 en Son Oliva. Fueron tres partidos en los que no merecimos perder, tanto por juego como por ocasiones. Pero no podemos elegir dónde perder, así es el fútbol.
-Gran ‘culpa’ de su extraordinaria campaña se la deben a los pocos goles que han encajado (14 en 33 partidos).
-Tenemos dos porterazos, esa es la verdad. Pero no me centraría solo en la portería ya que la base y el trabajo defensivo empieza por los de arriba, los delanteros. Nuestro modelo de juego se basa en potenciar la presión de los arietes para que sean los primeros en robar los balones.
-Con notable ventaja a su máximo perseguidor, el Penya Arrabal, ¿lo vio claro?
-Por una parte sí porque conozco a mis jugadores y sabía hasta dónde podíamos llegar. No obstante, como esto es fútbol, siempre tienes la pequeña duda de qué puede pasar. En el fútbol tengo claro que dos más dos no son cuatro.
-¿Y ahora qué?
-La idea del club es que siga y mantener el bloque con los jugadores que quedan, nueve. Mi intención también es esta. Queremos disfrutar de la División de Honor, que creo que los jugadores y nosotros, que seguiremos, nos la merecemos. El objetivo será la permanencia, aunque será muy complicado. Trabajaremos por eso.
-Es una categoría muy exigente.
-Mucho. Es muy complicada. La he visto en la última vez que la jugó el Ferriolense. Se salvaron cada año en el último partido. El nivel es muy alto.
-¿Mallorca da jugadores para cinco equipos juveniles de máxima categoría?
-De dar, claro que da. Luego otra cosa es que los equipos tengan más o menos calidad, eso ya es otra cosa. Cada año vemos las dificultades que tienen los conjuntos de esta comunidad para salvarse. En esta campaña que acaba de finalizar el Manacor y Atlético Baleares, por ejemplo, han sufrido hasta el final; y La Salle ha bajado. El listón está muy alto, pero ese es nuestro nuevo reto, mantenernos en el grupo más fuerte de todos los juveniles de España.
-Usted cogió al Ferriolense juvenil en Preferente y en dos años lo ha ascendido dos veces.
-No hay ningún secreto. El único secreto es el trabajo, no hay otro, y rodearte de gente que quiere trabajar como tú y que sienta la misma pasión e ilusión. Eso es muy importante. Los jugadores deben de creer en el entrenador, no hay más secreto. En el fútbol no hay secretos. Luego, un poco de suerte te tiene que acompañar como tener fortuna en las lesiones, sanciones, arbitrajes y un poco de todo. Obviamente, la suerte no es definitiva pero es importante.
-¿El Ferriolense es su vida?
-Sí. He entrenado en todas la categorías y he disfrutado mucho.
-Tras su etapa como jugador, ¿pensaba que triunfaría en el banquillo?
-Triunfar no sé si triunfaré. Ahora en estos dos últimos años hemos conseguido algo importante, pero todavía me queda mucho. Yo supe que quería entrenar. Cuando eres jugador te das cuenta si quieres ser entrenador; y yo lo tuve claro. Me retiré a los 32 años, porque me di cuenta de que disfrutaba más siendo entrenador que jugando.
