Bartolomé Seguí convierte en cómic la ternura y dureza de ‘Malaherba’

El reconocido dibujante mallorquín adapta la exitosa novela del periodista y escritor gallego Manuel Jabois, «una historia de descubrimiento de un chaval de diez años a quien le pasan muchas cosas al final de su niñez a las que no sabe poner nombre»

Bartolomé Seguí, Premio Nacional de Cómic, publica la adaptación de la exitosa novela ‘Malaherba’: “Es una historia de primeras veces”

B. Ramon

Raquel Galán

Raquel Galán

Los lectores de Malaherba, la primera novela de Manuel Jabois, intuyen en lugar de confirmar todo lo que le sucede a Tambu, «un chaval de diez años al que le ocurren muchas cosas al final de su niñez para las que todavía no tiene palabras para definirlas», como explica el reconocido autor de cómics mallorquín Bartolomé Seguí.

Ahora es él quien sugiere en lugar de mostrar, aunque con viñetas, ya que acaba de publicar la adaptación del exitoso libro del periodista y escritor gallego sobre «una historia de primeras veces, de descubrimiento, que habla de bullying (acoso escolar), malos tratos, enfermedades, primeros amores, primeras pajas, porros, etc., pero desde la perspectiva de alguien que aún no sabe muy bien lo que está pasando».

El Premio Nacional del Comic en 2009 por Las serpientes ciegas y autor de Historias del barrio y Boomers, entre otras obras, presentará su versión de Malaherba este viernes a las 19 horas en la librería Ínsula Literària.

Lo que más atrajo a Seguí del encargo fue «la lectura adulta de una historia sobre la infancia», comprender la «trascendencia» que hay tras lo que el personaje explica de forma tierna, ingenua. Ese fue también su mayor reto. «Me preocupaba que pareciese un cómic para niños, porque no lo es en absoluto. En este sentido era más difícil reflejarlo que en Historias del barrio, ya que ahí eran adolescentes y aquí aún no, juegan con clicks de Playmobil y cosas de su edad», compara.

Para evitarlo, dio «gran importancia a la paleta cromática, huyendo de tonos infantiles que pudiesen confundir al lector»; y ahondó en su ya característico estilo, «más sugerente que explícito», para plasmar la lectura profunda que tiene la historia.

Una escena de 'Malaherba'

Una escena de 'Malaherba' / Bartolomé Seguí

Imágenes y diálogos

El dibujante ha sido también el guionista y decidió quitar la voz narrativa en primera persona de la novela para dar prioridad a las imágenes y diálogos. «Desde la editorial (Salamandra Graphics) me dieron libertad absoluta y lo agradecí porque había trabajado en numerosas adaptaciones con textos densos y quería un cambio, que comencé con Boomers y he seguido aquí», tal como detalla.

«Gráficamente también se puede alcanzar ese punto de ternura del libro de Manuel Jabois, aunque me daba pena que al quitar la voz en off desapareciese su prosa un punto divertida, por lo que dejé fragmentos de las descripciones de los personajes, que intercalé dentro de un cuaderno. También he incluido textos importantes entre los capítulos que ayudan a contextualizar el relato».

Bromea comparándose con el chef Ferran Adrià al decir que ha hecho «una deconstrucción de la novela», por lo que «quien la haya leído puede acercarse al cómic y ver algo muy diferente, pese a que la adaptación es muy fidedigna», asegura Bartolomé Seguí.

Entre los nuevos lectores hay cabida para los niños, aunque no sea literatura infantil. «Tampoco lo es Moby Dick, por ejemplo. Si la lees con diez años, seguro que no te enteras de la parte filosófica de la novela pero vives la aventura y puedes comprender la historia al nivel de las capacidades de cada uno», según su opinión.

Al autor del cómic Malaherba le «molesta que la literatura infantil esté tan encajonada por edades, algo que antiguamente no ocurría». Y cree que este libro «también puede gustar a los niños, ya que son los protagonistas y no salen cosas traumáticas de forma explícita», tal como destaca.

Tampoco se juzga, «gracias al punto de vista de la inocencia del protagonista», pero lo que más toca la fibra sensible de muchos lectores adultos, entre ellos Seguí, es recordar el final de la infancia, debido a que «es fácil que uno se reconozca en esos momentos en que comienzas a experimentar cosas nuevas y a sentirte mayor», concluye nostálgico.

Portada de 'Malaherba'

Portada de 'Malaherba' / Bartolomé Seguí

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