Entrevista | Entrevista

Neus Canyelles: «No me quiero poner ningún límite cuando escribo»

La autora ha publicado ‘Milady’, con la editorial Empúries, un nuevo ejemplo de su escritura intimista en primera persona

La escritora Neus Canyelles.

La escritora Neus Canyelles. / Manu Mielniezuk

Montse Terrasa

Montse Terrasa

La madre de Neus Canyelles (Palma, 1966) falleció hace casi dos años y el dolor por esa pérdida aún es patente en la escritora, que también perdió a su padre hace unos meses. La autora, premiada en varias ocasiones por anteriores novelas, muestra sin ningún tipo de reservas, una vez más, sus pensamientos y sus sentimientos en Milady (Empúries).

Todos sus libros son muy personales, pero este lo parece aún más.

Sí, este parte de una cuestión muy personal, que es la manera en la que yo he vivido la pérdida de mi madre, es una cosa totalmente íntima y personal.

¿Necesitaba escribir este libro?

Cada uno hace lo que le gusta o sabe hacer. Yo empecé a escribir como otro se pondrá a hacer una canción. Empecé a escribir fragmentos y me ayudaba a aguantar la situación, a pasar el dolor… Y llegué a tener más volumen de cosas, recuerdos, experiencias, hay una mezcla de presente y pasado… Nunca decido de qué voy a hacer un libro, me pongo a ello y sale como sale.

Lo ha mencionado, tiene una estructura especial, va del pasado al presente.

Sí, utilizo la primera, segunda y tercera persona, dependiendo de lo que se trate en cada momento.

Son fragmentos, como recuerdos...

Sí, prácticamente todo son recuerdos o momentos vividos, es muy memorialístico.

Describe una historia que a todo el mundo le afecta, ha vivido o vivirá...

Sí, lo digo siempre, no quise hacer ningún homenaje a las madres ni pasarlo a un nivel más general. Yo hablo de mi madre, pero no magnificando nada su vida ni haciendo homenajes a nadie. Simplemente se convirtió en el centro del mundo literario en aquel momento.

¿De dónde viene Milady?

Le puse ese apodo cuando mi madre ya era mayor, pero un día me salió. Yo siempre le decía «es que tú eres muy señora», porque me parecía una mujer elegante. Y la empecé a llamar Milady, pero solo yo, ni mi hermana ni nadie más de la familia. Y cuando yo decía Milady, todo el mundo sabía de quién hablaba.

En el libro hay un momento en el que dice que aún oye la voz de su madre. ¿Todavía es así?

Sí, hay muchos momentos… Todo depende de la relación que hayas tenido con tus padres, yo estaba muy unida a mi madre, iba a verla cada día, los dos últimos años la cuidé, estaba siempre con ella y con mi padre. La añoro mucho. Cuando voy a su piso, lo paso muy mal, no puedo, la veo por todo. Pensar que vivo en un mundo en el que no está mi madre me produce pánico a veces. Lo llevo como puedo. Supongo que eso le pasa a mucha gente.

Describe momentos felices, pero la sensación de tristeza está presente todo el tiempo.

Estaba cantado que un día u otro se iría, porque estaba muy enferma, sabíamos que no teníamos mucho tiempo. Y tienes ese sentimiento contradictorio de querer que acabe todo y no sufra más, pero, por otro, la quieres retener contigo y es un sentimiento que produce un poco de angustia o tristeza.

Con anteriores libros, declaraba que le hacía feliz escribir. ¿También ha sido así en este caso?

También, aunque lloré y hay momentos muy duros, me sentía cerca de ella y me sentía bien. Escribir creo que es la única cosa que me hace feliz en el mundo. Hay más cosas, pero lo que más es escribir y después ver lo que he hecho y estar contenta con ello. El proceso es de lo que más disfruto.

En este caso también le habrá ayudado a asimilar lo que había pasado.

Sí, escribiendo me sentía más conforme, más tranquila.

No se considera nada mediática. ¿Cómo lo hace para ser escritora en un mundo donde las apariencias importan tanto?

Un amigo me dice que no entiende cómo he ganado algunos premios. Yo tampoco. Por ejemplo, las reseñas que han salido ahora sobre el libro son buenas, pero siempre dicen «no sé cómo no es más conocida». Eso siempre va ligado a mi nombre. La verdad es que no me gusta salir en medios y voy a pocas cosas de este mundillo literario. Y supongo que tiene que ver con mi manera de ser, mi carácter, hay personas que escriben un libro y a la mañana siguiente han vendido 20.000 ejemplares y otros que nos tiramos toda la vida y siempre tenemos la liquidación en negativo… Me importa más que nada por los editores, que confían en mí. No puedo negar que a lo mejor me gustaría tener más público lector, pero no me quita el sueño.

Por un lado es una escritora muy discreta, pero, por otro, se abre al lector y se expone.

No sé, es algo que debería explicar mi psiquiatra por qué lo hago, porque yo no lo sé. Cuando escribo no me quiero poner ningún límite en nada. Yo escribo lo que quiero, que después gusta o no, me da igual. Creo que esto lo haces porque quieres, al menos yo, no tengo presión de ningún tipo y quiero hacer lo que quiera, ser libre y no pensar si esto gustará o no, si caerá mal o no… Es el ámbito de la vida más propio y personal que tengo y no quiero que nada me lo trastoque.

Da la sensación que quien lea sus libros la conocerá.

Es verdad que cuento muchas cosas de mi vida, pero realmente cómo me han pasado las cosas, no se sabe. Se sabe qué ha pasado, pero no el cómo ni el porqué, simplemente es narrar. Si en vez de ponerlo en primera persona, escribiera lo mismo en tercera persona y con otros nombres, nadie me diría que es mi vida.

Suscríbete para seguir leyendo