Jordi Sánchez: «He tenido el favor del público, pero la crítica siempre ha mirado por encima del hombro a OBK»

El músico vive un momento «disfrutón» de su carrera y está «abierto de mente» al estilo urbano de artistas jóvenes

Actuará este domingo en la fiesta Children of the 80’s en el festival de música Es Jardí

«Yo no diferencio a Jordi Sánchez de OBK, es mi vida», afirma el cantante. |

«Yo no diferencio a Jordi Sánchez de OBK, es mi vida», afirma el cantante. | / DIB

Montse Terrasa

Montse Terrasa

Jordi Sánchez (Málaga, 1968) formó junto a Miguel Ángel Arjona el grupo OBK hace ya 32 años. Desde 2012 continúa en solitario ofreciendo temas tan conocidos como Historias de amor, Tú sigue así, Falsa moral, El cielo no entiende... Este domingo, 25 de junio, actuará en Es Jardí, en Calvià, en la fiesta Children of the 80.

¿Cuál es el secreto para que las canciones de OBK sigan tan vigentes 30 años después?

Dimos en el clavo cuando éramos aprendices, adolescentes que quieren hacer canciones. Como todos los chavales que empiezan, lo que quieren es llegar a la gente y para llegar tienes que tener emoción. En esa canción tiene que haber algo de emoción, algo de honestidad, de verdad y yo creo que tuvimos esa gran suerte con nuestro primer disco, Llámalo sueño, que había muchísima emoción y sobre todo muchísima ilusión. Creo que no hay otra manera de hacer las cosas .

¿En que momento está OBK?

Pues en un momento disfrutón, de una carrera ya saciada a casi todos los niveles. Siempre queda algo por hacer y supongo que si en el futuro hago más canciones y más álbumes, tengo que tener esa ilusión de querer compartirlo. Pero en 30 años me ha dado más que de sobra para hacer más de cien canciones, hacer todo lo que tenía en mi mente de adolescente. Tengo muchísimos momentos que me han hecho sentir muy orgulloso: colaborar con Umberto Tozzi, trabajar con grandes técnicos, productores, saber lo que es estar en una compañía pequeñita, en una grande… Estoy muy disfrutón, como decía, de una carrera muy bonita y muy personal.

¿Ha cumplido y superado ese sueño de adolescente?

Sí, totalmente. Nuestro objetivo era hacer lo que estábamos haciendo en casa, con los sintetizadores, y hacer un disco. A partir de ahí todo se volvió muy loco, 400.000 discos del primer trabajo significa que te lo tienes que creer porque hay mucha gente esperando ese tipo de canciones, o ese estilo musical. Lo más importante es que siempre ha sido el motor de mi vida, yo no diferencio a Jordi Sánchez de OBK, es mi vida. En ese sentido intento trabajar lo más duro posible para tener una carrera que yo pensaba que con diez años ya sería la bomba y estamos hablando de OBK después de 32 años.

¿Cómo se lleva con la música urbana actual y, sobre todo, con el reguetón?

Pues me llevo bien, porque yo siempre me he llevado bien con todo tipo de músicas y, sobre todo, de artes creativas. Esto es arte, hay que tomarlo así, de una nueva generación de chavales que tienen ganas de hacer cosas diferentes, que es lo normal y lo lógico para que las cosas vayan cambiando ¿no? Hacer siempre lo mismo no funciona. Yo nunca haría un disco de urbano, porque no es mi cometido, no es mi piel, pero sí que escucho cosas interesantes a nivel de producción. Lo digo muy sinceramente, hay letras en que realmente encuentro el dolor de estos chavales, de esta nueva generación, que lo dicen de una manera descarnada y muy honesta. Esas cosas llegan cuando son de verdad. Y como en todas las cosas de la vida, hay que saber buscar. Estoy más cercano al trap que al reguetón, por supuesto, pero soy muy abierto de mente en ese sentido. Siempre he dicho que Depeche Mode es un grupo vital en mi carrera, pero si no hubiera existido Umberto Tozzi... hay una parte de mí que no reconocería las canciones de OBK.

¿No tiene la sensación de que los jóvenes ya no escuchan otro tipo de música?

Ya, pero yo no me pongo a juzgar eso, es que son nuevos tiempos, nosotros no hemos crecido con iPhone o con móvil en la mano. Yo tengo que reconocer que ya soy una persona mayor para hablar de esas cosas, no pasa nada, pero intento ser ese niño de cuando empezaba en la música: ser atento, ser curioso. Yo creo que ahí está la fuerza de un creador, no puedes decir que lo que hacíamos antes es lo que molaba, no puedes entrar en ese juego. Todo está bien. Rosalía, nadie puede negar su valía, y la de artistas que le siguen. Unos te gustarán más, otros menos, pero son gente que quiere que se oiga su voz, como nosotros lo hicimos hace 30 años.

OBK también tiene el mérito de contar hoy con un público de distintas generaciones.

Ese es el poder de las canciones, eso es lo bonito. Siempre decía cuando empezaba en la música que mi ilusión sería esa. Cuando escucho cualquier canción de los Beatles, me sigo emocionando, siempre pongo el ejemplo de Yesterday. O cuando escucho Only you de Yazoo... pues tiene 40 años esa canción. En ese sentido, OBK perdurará, aunque yo ya no me suba a un escenario, lo más importante para mí es que las canciones emocionen generación tras generación.

Las canciones de OBK no siempre han estado tan reconocidas como ahora, ¿había más prejuicios con la música?

Sí, ahora ya está ganado el respeto, son muchos años, pero sí que es verdad que OBK nunca ha estado en el Sónar, un festival que empezó un poquito más tarde que cuando OBK revolucionó y puso en boca de todo el mundo lo que era la música electrónica, que podía llegar a las masas. Siempre hay un poquito de prejuicio con OBK, es así, no lo digo desde el rencor, lo digo porque es verdad, es un hecho. Soy feliz con lo que me ha dado la vida, que me ha dado muchísimo más de lo que le pedía en ese sentido. España es un gran país para haber empezado un estilo nuevo, una manera de hacer música que aquí no se estilaba, pero también tiene el punto de que no será reconocido. Pero sí que tengo el respeto del público y siempre el apoyo, porque he vendido más de dos millones y medio de discos a lo largo de mi carrera. He tenido el favor del público, pero la crítica siempre ha mirado de reojo o por encima del hombro a OBK.

Estamos en el mes del Orgullo y muchos temas de OBK, por no decir todos, son himnos para el colectivo LGTBI.

Igual que la crítica nunca nos acogió, este colectivo nos acogió desde el minuto uno. Parte de la culpa la tenemos nosotros que salimos con Oculta realidad, que fue una canción hecha por heterosexuales, como Mujer contra mujer de Mecano. Hay que normalizar, cualquier persona puede hablar de esa temática, porque al fin y al cabo es una temática de respeto hacia las personas y hacia las relaciones. El colectivo acogió a OBK de muy buen grado y muy felices, porque no fue una cosa nada premeditada, fluyó así, una letra que en aquel momento era como atrevida pero que ayudó muchísimo. Es una manera de normalizar, porque sin ser homosexuales, tratar ese tema con esa normalidad me parece un punto muy a favor y que se haya reconocido me hace muy feliz.

¿Qué piensa del auge de la derecha y de la extremaderecha?

Desde la elección de Trump, creo que el mundo se ha vuelto muy loco. Es lo que nos toca vivir. Me gusta mucho la historia y realmente volvemos a cometer los mismos errores del pasado, que forman parte de la historia de la humanidad. No quiero entrar a hablar de política porque no es mi cometido, pero sí que soy una persona, como creador que soy, muy pasional y emocional y hay muchas cosas que no me gustan absolutamente nada. Ahí lo dejo.

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