El conjunto escultórico de sibilas y profetas regresa ya restaurado a la parroquia de Sant Nicolau

El Taller de Restauración del Obispado de Mallorca ha trabajado durante cinco años en la recuperación de estas seis figuras ligeras del siglo XVIII

Montse Terrasa

Montse Terrasa

El conjunto escultórico de dos sibilas y cuatro profetas ha regresado a la parroquia de Sant Nicolau después de cinco años de restauración precisa, incluso con bisturí, con el que se ha eliminado cuidadosamente todo lo añadido a estas figuras del siglo XVIII que estaban en muy mal estado. Ahora queda por decidir su ubicación definitiva, donde puedan ser contempladas a salvo de humedad y polvo, lugar que podría ser la zona del coro de la iglesia.

Estas seis esculturas ligeras representan a las sibilas Frigia y Eritrea, a los profetas Jeremías, Isaías y Jonás y al rey David. Procedían del desamortizado convento de Sant Domingo y llegaron a Sant Nicolau en 1837. Formaban parte de una Casa Santa, de un montaje efímero que se realizaba cada Jueves Santo por la noche para custodiar al Santísimo, ha recordado Antònia Reig, directora del Taller de Restauración del Obispado de Mallorca que ha recuperado este conjunto.

Las restauradoras que han recuperado las figuras, la vicepresidenta del Consell de Mallorca y consellera de Cultura, Bel Busquets, la directora insular de Patrimonio, Kika Coll, el rector de la parroquia de Sant Nicolau, Joan Magraner, y el vicario episcopal de Patrimonio histórico, Francesc Vicens, y Alfredo Claret, de Xicaranda, han presentado el resultado del proceso de recuperación, ya expuesto en la iglesia.

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B. Ramon

La intervención

Con el tiempo, estas figuras dejaron de tener un uso y se quedaron sobre las bóvedas de Sant Nicolau, donde se fueron deteriorando, “porque estas piezas forman parte de la tipología de escultura ligera (ya que se tenían que trasladar) y estaban integradas por telas encoladas, papeles, estopa… Son muy frágiles y les afecta mucho la humedad, el polvo y el abandono”, ha explicado la jefa del equipo de restauradoras.

Entre los años 90 y primera década de los 2000, algunas de estas figuras salieron de Sant Nicolau para participar en exposiciones, hasta que en 2017, el Consell y el Obispado acordaron iniciar su restauración. “Ha sido un reto tremendo, porque han sido cinco años de trabajo, cada año hemos restaurado una escultura y lo que ha primado ha sido la consolidación estructural de estas imágenes, porque estaban totalmente destrozadas, les faltaban manos, las piernas también estaban destrozadas”, ha comentado Reig.

En cuanto a la policromía, la responsable del equipo de restauración ha mencionado que tenían un aspecto original muy diferente al de ahora. “Estaban forradas de plata, de una plata brillante, blanquecina… Y ahora, por la oxidación, tienen un aspecto más oscuro, porque la plata se oxida y no la hemos podido recuperar, es imposible. Lo que hemos hecho ha sido adecuar la plata que hemos añadido a esa oxidación de la original”, ha detallado Antònia Reig. 

La restauradora ha explicado también que las esculturas habían sufrido “muchas transformaciones”, ya que fueron trasladadas muchas veces y se habían dañado, por lo que en su parte posterior tienen una caja de madera que las mantiene en posición vertical. “La plata original no se veía porque estaba totalmente tapada por otras telas, papeles, otras platas, hojas de aluminio, metalizaciones con purpurina de plata… Hemos tenido que retirar todo esto con punta de bisturí, de forma mecánica, para recuperar y dejar vista la plata original. En algunos puntos en que se ve más brillante, se debe a que estaba preservada por estos añadidos que tenía encima”, ha añadido la restauradora. 

Su conservación futura

A partir de ahora, advierte Antònia Reig, habrá que evitar que se deposite polvo sobre estas figuras y que las toquen, deben estar en un lugar estable. “Es muy difícil que un conjunto de este tipo, de escultura ligera, que se almacena siempre y se estropea, se haya restaurado para conservar este patrimonio es de agradecer”, ha señalado Reig. 

Por parte del equipo de conservadores de la Iglesia, Alfredo Claret, de Xicaranda, ha remarcado que la intervención en este conjunto “no ha finalizado con la restauración. Ahora tiene que haber una conservación y una difusión, hay que dar a conocer tanto el proceso que se ha llevado a cabo, como el significado de las obras para que el público lo conozca y lo aprecie, y con ese aprecio ayude a conservarlo”. 

Al tratarse de un conjunto que formaba parte de un montaje efímero, “por coherencia y por catequesis, no puede estar todo el año expuesto como se hacía en origen, el reto que tenemos es buscar un espacio adecuado, que por un lado ayude a la conservación, que evite todos los problemas que ha tenido hasta ahora, de humedad, limpieza, etc. y que al mismo tiempo sea accesible, si no de una manera permanente, sí en pequeños grupos en visitas”, ha manifestado Claret. En ese punto, ha añadido, se baraja “habilitar un espacio en la zona del coro de la iglesia, que tiene una sillería bastante interesante”.  

Bel Busquets ha señalado que pese a tratarse de un conjunto propio de la Semana Santa, la presencia de dos sibilas, figura característica de la Navidad en Mallorca, han querido presentar el resultado de la restauración en estas fechas. La consellera ha destacado “la magnitud de estas figuras, son impresionantes, hay muy pocos casos en los que se haya podido hacer una restauración así”. 

Por parte del Obispado, su vicario de Patrimonio histórico ha celebrado la recuperación de este conjunto y, también, la colaboración durante estos cinco años con el Consell de Mallorca, que subvenciona la restauración de bienes como este.

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