La quincena de arquitectos de Barcelona que este fin de semana han venido a la isla para asistir al Open House Palma comenzaron su viaje cultural formando parte del grave incidente del viernes en el aeropuerto por la fuga masiva de pasajeros, ya que estuvieron tres horas dentro de su avión en la Ciutat Comtal antes de despegar hacia Mallorca. Probablemente tenían sueño cuando iniciaron ayer la primera de las visitas que habían programado, aunque de inmediato se espabilaron con las numerosas singularidades de las ocho nuevas viviendas sociales que el Ibavi acaba de finalizar en la calle Ignasi Barraguer. Este es uno de los más de 70 edificios de Palma que se pueden recorrer ayer y hoy en la primera edición del «festival de arquitectura para no arquitectos» (también para profesionales), que en la jornada inaugural en la capital balear congregó a casi 5.000 personas, un rotundo éxito de participación.
El evento se celebra en 45 ciudades de todo el mundo (las que están inscritas en el Open House Worldwide) y ahora se estrena aquí con un programa de recorridos guiados, charlas y otras actividades para «distinguir y comprender cuál es la buena arquitectura y tener las herramientas con el fin de determinar qué entorno construido queremos en nuestra ciudad», como afirmó el director de Open House Palma, Eduard Yuste, el viernes en la presentación.
«Hay que distinguir y comprender la buena arquitectura para saber qué entorno construido queremos en la ciudad»
Un ejemplo son las viviendas del Ibavi, que las guías Joana y Sandra mostraron a los asistentes explicándoles las características de su estructura, distribución, acabados y materiales, entre ellos la conocida posidonia utilizada en la cubierta como aislamiento, una de las señas de identidad del arquitecto, Carles Oliver, quien ha obtenido numerosos premios con el proyecto denominado Life Reusing Posidonia. Los miles de visitantes de ayer en los más de 70 inmuebles seleccionados por la organización conocieron otros tantos casos de arquitectura de calidad, como los que pretendía visitar Miquel Zuzama, de Open House Barcelona, que en su lista había incluido la Casa Plywood, el Palma Tenis Club, Can Oms y Can Balaguer, entre otros.