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«Venimos de una época muy marcada por la música heterosexual»

El cantante habla sobre su papel protagonista en el musical ‘Ghost’ y la necesidad de seguir avanzando en la visibilización del colectivo LGTBIQ+

El cantante Ricky Merino, el verano pasado, en el Portitxol. G. Bosch

La carrera artística de Ricky Merino (Palma, 1986) demuestra que el trabajo es fundamental para seguir progresando. En este caso, esto le ha llevado a ser el protagonista del musical Ghost, uno de los grandes proyectos del año que se representará en la Gran Vía de Madrid, el epicentro del teatro musical en España.

La obra está basada en la famosa película de Jerry Zucker, uno de los grandes éxitos de la década de 1990. Explica que las generaciones nuevas quizás no la tienen tan presente, así que «es bonito que descubran la obra viniendo al teatro». Él interpreta al protagonista, lo que supone «un gran reto porque los musicales están viviendo un momento dulce ahora mismo»: «Es la primera vez que hago un musical en Gran Vía y puede ser una gran oportunidad para mí».

Merino cuenta que la producción vuelve con mucha energía después de este año y medio de pandemia: «Cualquier vuelta a los teatros es un motivo de celebración, y tanto yo como mis compañeros tenemos muchas ganas de actuar». Recuerda que, cuando trabajaba en teatros de Mallorca, todos sus compañeros soñaban con ir un paso más allá y viajaban a Madrid para hacer castings en producciones de la capital: «Y, de repente, se cumple aquello por lo que había trabajado tantos años».

Otro de los grandes nombres del proyecto es David Bustamante. Ambos interpretan al mismo personaje y, de momento, no han coincidido porque ensayan primero uno y después el otro: «Donde sí coincidimos fue en la grabación del anuncio y las fotografías promocionales. Bustamante es muy noble y tiene un gran talento. Es una suerte enorme contar con él para este proyecto».

No sabe si esto va a suponer un cambio en su carrera, pero defiende que siempre ha tenido claro que todo lo que ha hecho a nivel profesional sirve para algo: «Estar de protagonista aquí me va a servir muchísimo para crecer como artista y como persona. Estoy donde estoy gracias al camino que he recorrido y todos los proyectos en los que he trabajado».

Una de sus últimas canciones, Es lo que hay, fue muy comentada porque representaba un cambio en su estilo. El cantante confiesa que es la primera canción que saca como artista independiente y estuvo muy liberado a la hora de componerla: «En muchas etapas de mi carrera he estado condicionado por el tipo de música que se escuchaba en ese momento, pero me di cuenta de que mi estilo no es el que escucha la gran mayoría. Con este tema he sido fiel a mí mismo. No quiero hacer la música que vende, sino la que me gusta».

Merino, en una de las míticas escenas de ‘Ghost’.

Desde su punto de vista, siguen faltando canciones que hablen del amor homosexual en el mainstream. «Hay muchas canciones que hablan sobre el amor homosexual, pero les falta visibilización. No son temas que se potencien», añade. Declara que todavía falta un largo camino para que se normalice porque ahora mismo hay «muchos artistas valientes y talentosos que están construyendo su carrera sobre estas temáticas, pero venimos de una época muy marcada por la música heterosexual».

Además, manifiesta que la sociedad española está dando pasos atrás en muchos temas: «Cada vez hay más agresiones al colectivo LGTBIQ+, y eso propicia que se nos vaya relegando. Las fuerzas políticas que niegan esta realidad están provocando que la sociedad retroceda». Dice que es inevitable alzar la voz y utilizar su posición para hablar de estas cuestiones: «Era imposible no decir algo e ir a la Puerta del Sol a protestar. Está muy bien que los artistas hagamos música y entretengamos, pero debemos utilizar nuestro altavoz para visibilizar una realidad cada vez más hostil. No quiero ser equidistante ni ocultar mi opinión», afirma de forma contundente. También proclama que el último caso de la denuncia falsa no elimina las más de 700 agresiones ocurridas durante los últimos meses.

A modo de conclusión, el músico denuncia que «hace falta que los artistas heterosexuales se posicionen a favor del colectivo» porque en la época del Orgullo «hay mucho abanderado, pero los siguientes días desaparecen»: «Incluso las empresas intentan lucrarse con los símbolos del colectivo, y el resto del año no hay ni una acción en defensa de los derechos de las personas LGTBIQ+».

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