La escritora mallorquina Antònia Vicens se alzó ayer con el Premi Crítica Serra d’Or en la categoría de poesía con su obra Pare què feim amb la mare morta. Un poemario con el que ahonda en el tema de la muerte, «en qué momento empezamos a morir o en qué momento dejamos de estar vivos», tal y como confesó la santanyinera en una entrevista a este diario.

En palabras de la escritora, Pare què feim amb la mare morta profundiza en la desolación a la que estamos sometidos por no obtener respuestas. «Lo hago a través de ese padre, que me imagino con barba, mayor, y el niño, de menos de diez años, que constantemente le hace preguntas. El padre nunca contesta, no dice ni una palabra en todo el libro. Nos sentimos desolados cuando no hay respuestas», explicó Vicens.

Un poemario que se ha hecho con el Premi Crítica Serra d’Or aunque no ha sido el único galardón con acento mallorquín. La publicación de la editorial mallorquina Lleonard Muntaner Stefan Zweig i els suïcidis d’Europa, de Antoni Martí Monterde, fue distinguida en la categoría de ensayo.

Por otro lado, El primer emperador i la reina Lluna, de Jordi Cussà, consiguió alzarse con el Premi Crítica Serra d’Or en la categoría de novela. En cuanto al premio de traducción, éste recayó en la obra Tal qual de Paul Valéry, de Antoni Clapés; y el de literatura infantil y juvenil cayó en manos de Cinta Arasa por su novela Paraules, Flors i Pólvora.

En esta edición de los premios de la revista Serra d’Or también se galardonaron en las categorías de artes de artes escénicas a Poder i santedat, de Manuel Molins y dirigido por Paco Azorín; al coreógrafo Pere Faura por Rèquiem nocturn, así como el libro Capgirat, de Alba Dalmau, con ilustraciones de Cinta Vidal.