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Arquitectura

Belén Moneo y Jeff Brock: «La costa masificada mejoraría creando pequeños bosques lineales en los paseos marítimos»

«Los fondos europeos ofrecen una oportunidad enorme para la arquitectura sostenible, pero hay que hacerlo bien» - «El proyecto de Sencelles es muy importante para nosotros»

Belén Moneo y Jeff Brockposan sonrientes junto aun tamarisco en s’Era de Pula, en Son Servera. | BIEL CAPÓ

Durante sus relajados paseos estivales por la costa mallorquina, no pueden evitar conversar sobre arquitectura y cuando lo hacen en Cala Millor, Cala Bona, Sa Coma e incluso más al norte, Cala Agulla, tienen una idea recurrente. «Uno de los posibles proyectos en los que siempre pensamos al venir de vacaciones a Mallorca es cómo mejorar la calidad de los paseos marítimos donde hay una masiva construcción, con una elevada densidad en la primera línea», como afirma la arquitecta Belén Moneo mientras asiente su socio y marido, Jeff Brock. «He puesto esos ejemplos porque conocemos muy bien la zona, pero se puede extrapolar a muchos puntos de la isla», añade quien tiene casa en Son Servera junto a la de su padre, el reconocido arquitecto y premio Pritzker Rafael Moneo.

La propuesta del tándem que forman Moneo y Brock consiste en «renaturalizar» esos entornos. «La costa masificada mejoraría creando pequeños bosques a lo largo de los paseos marítimos, justo delante del mar. Ayudarían a camuflar los edificios y a la vez a formar un microclima de sombra y frescor para hacer mucho más agradable y saludable caminar delante de los souvenirs y demás establecimientos de los paseos», explica Belén Moneo.

Ella veranea en la isla desde que tenía diez años y él desde hace tres décadas, aunque ahora tienen previsto venir también en temporada baja. Destacan de su idea que no es «pensando solo en el turismo, sino sobre todo en los residentes. En invierno son áreas muertas y con la renaturalización podrían disfrutarse siempre». Y añaden que el momento perfecto para impulsar dicha propuesta es ahora. «Los fondos europeos son idóneos para realizar proyectos de este tipo, pero el primer paso es que haya voluntad política», anima la arquitecta.

Ellos ya han puesto su granito de arena en el interior de la isla con un proyecto del que están «muy contentos», la reforma de la plaza de Sencelles, cuyas obras empezarán en septiembre. «Nos hacía mucha ilusión trabajar en Mallorca y para nosotros es una intervención muy importante. No hay proyectos que sean más que otros, y este en especial tendrá un gran impacto en el pueblo», dice Moneo. Jeff Brock concreta que, «al ser la plaza principal, se trata de un espacio público con un gran componente social, pero ahora está dominado por el coche. Va a haber una transformación para eliminar el problema de accesibilidad que tienen entre la iglesia y la parte baja del pueblo».

El miércoles dará una charla en la Setmana d’Arquitectura i Disseny Club Pollença y contará detalles de un proyecto en el que el alcalde, Joan Carles Verd, se ha implicado al máximo. «Conoce bien a los vecinos de Sencelles y se adelanta a sus necesidades, como por ejemplo cuando pide que el pavimento sea continuo porque hay gente mayor que va con andador o puede que lo use en el futuro», indica la experta. También incorporan «una rampa entre una grada para unir ambas cotas y crear un espacio donde sentarse». Y añaden pérgolas con vegetación para tener zonas de sombra, debido a que los tres «preciosos lledoners gigantes», que se conservarán, están orientados hacia los edificios.

El banco diseñado para la futura plaza del pueblo. | A. FRAGA

Los socios de Moneo Brock, con una docena de profesionales en su estudio de Madrid, valoran «la sinergia entre los deseos de un cliente y la visión arquitectónica que uno tenga», en palabras del neoyorquino. Y en este caso se ha logrado. «Ha sido maravilloso, porque hemos alineado lo que nosotros pensamos que debe ser un espacio público con lo que el cliente quería». Por regla general, la administración pública no se implica tanto, pero en Sencelles han tenido «un buen cliente», que para Brock es aquel que realiza «las preguntas más difíciles, las que casi incomodan, pero luego las mejoras en un proyecto salen a raíz de esas inquietudes».

Nuevas salidas

Una prestigiosa firma isleña que dejará su sello en la citada plaza es Huguet, cuyas baldosas tienen encandilados a la madrileña y a su marido y colega. Ayer la fábrica de Campos inauguró una exposición con las colecciones y proyectos más recientes, como el banco y la silla-mesa diseñados por Moneo Brock para la obra de Sencelles. «La iniciativa de Biel Huguet de contar con las colaboraciones de arquitectos y diseñadores para crear un catálogo específico es muy buena y poco frecuente, pese a que debería ser más común que trabajásemos de forma conjunta con fabricantes», dice ella. Según él, «lo mejor de Huguet es que está muy dispuesto a experimentar y explorar los límites de la técnica de las baldosas hidráulicas». En buena medida, esa es «una de las razones de su éxito, encontrar la manera de dar nuevas salidas y ampliar el espectro de la técnica tradicional para lograr crear un producto que a lo mejor se habría quedado estancado».

Sobre la relación entre diseño y arquitectura, Jeff Brock opina que «no son campos separados, sino que hay un continuo porque la arquitectura es diseño. La línea de separación es artificial, ya que la arquitectura es simplemente el diseño de un espacio fijo mientras que lo que llamamos diseño se centra en objetos móviles». Sin embargo, Belén Moneo discrepa ligeramente: «Es verdad y no». «También tiene mucho que ver con la formación de cada uno. A nosotros nos gusta diseñarlo todo. Si nos dejasen, haríamos hasta los pomos y las bisagras», bromea quien estudió Historia del Arte y Artes Visuales en Harvard antes de ser arquitecta. Argumenta que «es lo mismo que pensar que los arquitectos podrían encargarse del paisajismo, el interiorismo o la iluminación. Sin embargo, no lo hacemos cuando no estamos especializados en ello».

En su estudio sí cuentan con una amplia experiencia en diseño de objetos y lo ideal para ella es «trabajar en colaboración entre los diferentes profesionales que forman parte de un proyecto con el objetivo de que esté en sintonía en todos los aspectos». De este modo, «recibes propuestas de los demás que lo complementan y enriquecen», resalta.

Otro bagaje de Moneo Brock es el de la arquitectura sostenible y ahora que los fondos europeos por la crisis de la covid se centran en el ámbito de la sostenibilidad medioambiental, creen que es «una oportunidad enorme» para el sector. «Van a invertir una gran cantidad de dinero para mejorar los edificios en este sentido, pero es un tema delicado, porque no debería quedarse en una simple renovación energética, ya que esta es la ocasión perfecta para mejorar la arquitectura en todo su ámbito, que revierte además en la calidad de los barrios».

La arquitecta espera que no se produzca «un lavado de imagen», por lo que es partidaria de que los proyectos estén coordinados por una nueva figura denominada agente rehabilitador. «Para una comunidad de vecinos es difícil alcanzar las herramientas de la administración pública, por lo que esta figura, que pueden ser UTE de arquitectos con gestores y constructores, debe trabajar para optar a los fondos europeos y que sean distribuidos rápidamente con el fin de llegar a esas mejoras en los edificios».

Y propugna que estas ayudas «se extiendan a barriadas enteras para mejorar el espacio público mediante su renaturalización y cambios en la movilidad». Moneo fue muy activa defendiendo en el confinamiento la necesidad de devolver para siempre las calles a los peatones y ciclistas. Un año después, lamenta la oportunidad perdida, porque «era más fácil cuando apenas había coches». A la espera nuevas oportunidades, Moneo y Brock siguen pensando ideas para mejorar las ciudades y su querida Mallorca.

«Algo tan tradicional como la baldosa hidráulica también permite innovar»

El banco y la silla-mesa que el estudio Moneo Brock diseñó con la fábrica de baldosas Huguet se colocarán en la plaza principal de Sencelles cuando el equipo de arquitectos finalice la reforma que comenzará en septiembre. Es una de las colaboraciones que el fabricante de Campos realiza cada año con profesionales de reconocido prestigio. Como dice Moneo, «el reconocimiento al valor que puede tener el diseño en un producto tan tradicional como la baldosa hidráulica es de agradecer y permite innovar». Es lo que han hecho ellos de forma artesanal con la ayuda técnica de los expertos, debido a que han «insertado las baldosas dentro del hormigón del banco. Huguet lo había experimentado en sus baldosas de un metro cuadrado con piezas sueltas, pero nunca se había intentado para diseñar mobiliario».

Los arquitectos destacan que se han sentido «muy cómodos proponiendo no solo un diseño nuevo, sino también sistemas constructivos que pueden ser además innovadores, porque es su trabajo y están habituados a ello», aunque no sea para un mueble. En este caso, trataron de crear un banco común de 1,80 metros de longitud que esperan «que sea muy, muy cómodo, ya que la ergonometría ha sido el principal objetivo», resume la socia de Moneo Brock.

Cuando termine la transformación de la plaza del pueblo y los vecinos puedan sentarse allí, los arquitectos conocerán si su prototipo ha tenido éxito.

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