Medio centenar de personas entre familiares y amigos dieron ayer el último adiós a Mercedes Herrera de la Sota en una emotiva e íntima misa que se celebró en la iglesia de Santa Maria dels Àngels, en Pollença.

Su círculo más cercano se congregó en la localidad pollencina para despedir a la última gran dama de Formentor, quien murió el pasado jueves rodeada de los suyos en su ya mítica vivienda Quinta Mercedes, ubicada en la bahía de Formentor. Un lugar «mágico» que le regaló su padre y donde quiso pasar sus últimos días.

Viuda de Benacerraf y prima del marido de Carolina Herrera, Reinaldo Herrera, Mercedes era una enamorada de Mallorca, por lo que se escapaba a la isla cada vez que podía. Además, era una apasionada de la poesía y el teatro, a partes iguales.