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Libros

Tatúm adapta a Quiroga al cómic

El ilustrador argentino, afincado en la isla, está a punto de terminar uno de sus proyectos más especiales, la adaptación de cuatro cuentos del narrador uruguayo Horacio Quiroga, considerado uno de los mejores cuentistas de Latinoamérica

Tatúm adapta a Quiroga al cómic

Adaptar los cuentos del escritor uruguayo Horacio Quiroga (1878-1937) al cómic es, quizás, uno de los trabajos más especiales para el ilustrador y autor de historietas Tatúm -Jorge Isaurralde-. "He crecido leyendo a Quiroga, que es uno de los mayores cuentistas latinoamericanos de todos los tiempos. Este es un proyecto sobre el que llevo mucho tiempo pensando", asegura el dibujante argentino, afincado en Mallorca desde hace ya mucho tiempo. Hace unos tres años que se puso manos a la obra y la idea, que "no es nada fácil, porque hay grandes dibujantes que ya han hecho adaptaciones de este autor, como Alberto Breccia, que son palabras mayores", empezó a materializarse.

Tacuara Mansión, Los destiladores de naranjas, Los pescadores de vigas y El techo de incienso son los cuatro cuentos que Tatúm ha elegido para ilustrar, aunque asegura que "si tiene tiempo" incluirá uno más. Todas las historias transcurren en el mismo entorno: la selva de Misiones, en Argentina, cercano a las cataratas de Iguazú, donde Quiroga vivió unos años. Se trata de un espacio natural compartido con Brasil y Paraguay. "La selva, las explotaciones de madera, el río Paraná, las tormentas€ Todo esto conforma la imagen de los cuentos", explica el dibujante que, curiosamente, también ha crecido viendo el río Paraná: "Yo soy de Santa Fe, viví cerca del río y me apetecía mucho dibujarlo".

En la selva misionera, a finales del siglo XIX y principios del XX, época en la que están contextualizados los cuentos, había un "microclima humano bastante interesante y muy salvaje", menciona el ilustrador, Premi Ciutat de Palma en el año 2013 por El funeral de John Mortonson y otros cuentos (Edicions de Ponent): "En las explotaciones de madera la gente trabajaba sin ningún tipo de seguridad, era un trabajo casi esclavo. Les pagaban con bonos para comprar comida en las mismas tiendas de los obrajes, había mucho alcoholismo. A su vez, muchos aventureros se acercaban al lugar. Así se mezclaba la gente indígena del lugar y los viajeros", sostiene. Esta situación, que ocurre en un lugar donde la naturaleza es "exuberante" y muy "potente", dota los relatos y a sus protagonistas de mucha dureza, "algo que Quiroga retrata muy bien en su prosa", a la que Tatúm se mantiene cuidadosamente fiel.

Dibujo analógico

Trabaja lento porque cuida mucho los detalles de sus dibujos, y se define como "minucioso" a la hora de dar color a la base. "Hay muchas horas detrás de cada dibujo, pero también es cierto que me lo tomo con calma", apunta. Trabaja las bases a mano, con pincel y tinta, consiguiendo como resultado una ilustración en blanco y negro. Después la escanea y la colorea digitalmente. "No me he acostumbrado a trabajar con tableta, prefiero hacerlo a mano. Ahora estoy trabajando en otro proyecto, que está en gestación, y el color lo estoy dando con lápices", explica.

Hace dos años que un editor argentino, de la editorial Naranjo, mostró interés en este trabajo cuando Tatúm le enseñó su dossier en la Feria del Libro de Guadalajara (México). "Editor ya tengo", señala, "aunque ya veremos, con todo lo que está pasando, en qué situación quedan las editoriales. Pero bueno, mi trabajo es terminarlo", dice, algo que espera que suceda antes del verano.

El volumen final rondará las cien páginas, e incluirá también una pequeña biografía de Quiroga, quien escribió historias de terror, más paranormales, "que están en otra línea". Es, según Tatúm, un narrador maravilloso de la violencia y el horror, influido por Edgar Allan Poe, Rudyard Kipling y Guy de Maupassant, entre otros grandes cuentistas. "Es como el padre del cuento en Latinoamérica".

Selva de misiones

Las historias de los cuatro cuentos que Tatúm ha seleccionado para que formen su cómic transcurren en el mismo lugar, un pequeño pueblo de la selva de las Misiones, en Argentina, donde vivió el autor Horacio Quiroga. Tal y como se ve en las imágenes, en los detallados dibujos domina el color verde y el tierra, una paleta de colores que se mantiene durante todo el libro. También aparecerán toques de azul, del río Paraná y las lluvias torrenciales.

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