El saxofón de Vicenç Borràs (Palma, 1958) orbita en el universo de David Bowie. Sus dos últimos trabajos discográficos, ambos grabados en Francia, han contado con la producción de Laurent Thibault, músico francés, considerado una eminencia en su país, que ha grabado a lo largo de su dilatada carrera -cuenta 74 años- a una legión de estrellas, entre ellas el autor de Space Oddity e Iggy Pop, para quien tocó el bajo en su álbum The Idiot.

"Grabar con Thibault es un lujo. Es un profesional muy exigente y tiene una experiencia que impresiona. Estar en su catálogo ha posibilitado que la Warner esté interesada en nuestra música. Tenemos que sentarnos a negociar con este sello", desvela Borràs.

La relación entre el saxofonista y el productor se remonta al primer disco de Taho (Cap sur ondes), el grupo en el que Borràs toca junto al teclista Rémy Hubert, el bajista Alexis Oger y el batería Gabor Turi. Una primera experiencia que ha tenido continuidad en Esquisse (Esbozo), un álbum de doce cortes grabado en Angers y marcado por la diversidad de estilos y géneros. "Es un disco muy libre, en el que hay jazz, música africana y connotaciones de flamenco y pop rock. Una música fácil de entender que huye de las florituras del jazz", comenta.

Un trabajo, este Esquisse, que gustará a los seguidores de Herbie Hancock y Chick Corea, dos monstruos del jazz que han influenciado al pianista de Taho, el citado Rémy Hubert, "un investigador musical con una personalidad muy definida", apunta.

El deseo de Borràs es presentar este trabajo en alguna de las citas jazzísticas de Mallorca, como la de sa Pobla o el Jazz Voyeur.

Un saxo con historia

Tras ocho años residiendo en Francia, Borràs ha decidido regresar a su Mallorca natal, donde empezó su carrera como músico en la década de los 70, primero con la flauta travesera, en el desaparecido Centro de la Guitarra, y posteriormente en Madrid, donde descubrió el saxo en el metro. Íntimo amigo de una leyenda viva del jazz patrio, Jorge Pardo, y ferviente admirador de otro mito, Paco de Lucía, a quien vio en uno de sus últimos conciertos antes de morir, en el Jazz in Marciac, uno de los grandes festivales europeos, su saxo puede escucharse en infinidad de discos, desde el Joana Lluna de Joan Bibiloni a la maqueta de 1981 de Forats Negres, una de las primeras grabaciones de la nueva ola mallorquina cuya portada se basó en una serigrafía realizada por el pintor Miquel Barceló.

"He grabado con mucha gente en discos que ni siquiera he escuchado", confiesa.

Al margen de su actividad como músico, Borràs también cultiva la docencia, actualmente en Es Gremi, como profesor de su recién inaugurada escuela. "Con diez dedos cualquiera puede tocar el saxofón, un instrumento muy agradecido y del que queda mucho por descubrir", asegura.