Esta noche del viernes era especial en el Auditòrium de Palma. Tras cuatro años sin nuevas canciones Anegats presentó su nuevo disco ànima niuànima niu. En el escenario, la banda serverina reflejó su madurez artística. Su música suena más grande. Jugaba con ventaja. Y es que el grupo tenía el público en el bolsillo desde el minuto uno. El concierto arrancó con el rock enérgico y sonidos electrónicos de A un pam para luego dar paso a un tema de esencia americana como El finals dels anys.

Tras dos canciones nuevas, Vermell. Un acierto combinar sus temas inéditos con sus clásicos de estos 15 últimos años. El juego de luces, puro espectáculo. Tras No fris, fue el turno de una de sus canciones insignia, Es missatge és clar. Con su titu-rí-quac-quac, la platea se convirtió en corista. Y después de Un gran escenari, una crítica a la sociedad que tiende a encasillar a las personas con Breakfast Club, inspirada en la película El club de los cinco. Con Rosa Daurada se terminó el protocolo. "A partir de ahora contamos con vuestros coros", espetó un Pep Àlvarez entregadísimo a tres piezas claves en la discografía de Anegats: Tàndem, Fred y Cada nit.

"Llevamos 15 años en la música. En 2004 sacamos el primer álbum. Nos sentimos muy queridos pero estos cuatro años de descanso han sido imprescindibles para poder hacer este nuevo disco", reconoció Álvarez. "Las cosas se deben hacer con pasión en cualquier parcela de la vida. Estamos muy agradecidos". Acto seguido, un consejo para los jóvenes músicos: "Si uno siente pasión por la música, se debe entregar porque habrá un día en que la música le devolverá todo el amor dedicado como ahora nos ocurre a nosotros". Ya con todo el Auditòrium en pie, sólo hizo falta tocar los primeros acordes de Cada Nit y el público empezó a cantar con Álvarez a la guitarra. Con este clásico llegó a su fin el primer tramo del concierto.

Para continuar, uno de los pequeños tesoros de ànima niu, la rumba Si pogués. Ya con todo el público más que entregado, los de Son Servera hicieron las delicias de sus seguidores con Tramuntana, Corr y Paraula de Senyor. El colofón de la fiesta de presentación del nuevo disco llegó con Avui va de bo. El público quiso más y por demanda popular, interpretaron Tic-tac.

Con la última pieza de la noche, la banda serverina dejó claro que este octavo disco conserva la esencia y el espíritu de Anegats, que se despidió de su querido público con Terra Americana, una versión de American land de Bruce Springsteen que con tono festivo, alegre y folk describe la historia de Toni Bessó que a los quince años dejó Son Servera para embarcarse a Argentina. Grandes ovaciones para la noche de Anegats "en el templo de la música".