¿Cómo vivió las inundaciones del Llevant, donde usted tiene una residencia?

Llegué a salvo en avión desde Irlanda [donde vive cuando no está en Mallorca] y me di cuenta de la horrible tragedia. Por suerte solo ocurrió en dos o tres sitios de la isla. Yo vivo en la montaña, así que creo que hubiera estado a salvo. Aun así, mi corazón está con las familias que se han visto afectadas. Espero que no haya más tormentas como esta. Mi esposa Linda [Lawrence] y yo nos sentimos fatal con este desastre. Esperemos que no vuelva a ocurrir.

¿A usted, que ha conocido tiempos oscuros, la música le ha servido para cicatrizar heridas?

La música en mi vida apareció cuando era un niño. Vivía en Escocia, en Glasgow. Es un sitio donde todo el mundo canta. Mi padre leía poesía y mi madre y sus hermanas cantaban canciones irlandesas y escocesas. La música me ayudó a crecer en esos tiempos oscuros porque nací justo después de la II Guerra Mundial, y en Glasgow los edificios estaban destrozados. Éramos niños creciendo en un lugar donde la guerra había acabado, pero el mal ya estaba hecho. Sí, la música fue muy importante para mí.

¿Se puede decir que la concibe como una medicina?

Bueno, sirvió para liberar tensiones. La música es un arte curativo.

Un arte al que ha dedicado toda su vida. ¿Cuándo se le presentó la primera de las musas?

A los 7 u 8 años me di cuenta que quería leer poesía. Empecé a escribir canciones cuando tenía diez años y alrededor de los 12, 13 ó 14 empecé a tocar la guitarra. Luego me di cuenta de que era un poeta, igual que Robert Graves. Él viene de la poesía tradicional de Irlanda, Escocia y Gales, y yo soy de la tradición poética de Irlanda, y de Escocia también.

¿Cómo entró en el universo de Graves?

Cuando tenía quince años era un bohemio, un poeta beatnik con mi novia beatnik. Empezamos a leer los libros de los años 40 y 50. Leer estos libros es muy importante. Un día llegó a mis manos La diosa blanca de Robert Graves, una publicación que me habló de mi tradición, que es céltica. Hablaba sobre, precisamente, la diosa blanca y la poesía. Me impactó mucho.

¿Tuvo oportunidad de conocerle?

Pensé que sería genial conocerlo, sin embargo, nunca ocurrió. Cuando compré una casa en Mallorca leí algo sobre Robert Graves y Mallorca y me dije: ¿Robert Graves y Mallorca? Descubrí que había vivido aquí, en Deià. Decidí ir a su casa y ahí estaban todos sus libros, su habitación, su cocina, su estudio, su jardín€ De repente vi en el perchero dos de sus sombreros de paja y me di cuenta de que ahí estaba. No estaba Robert, pero estaba su casa. Y dije: un día haré un concierto ahí para ayudar a su conservación. Y eso es lo que haré el próximo día 27 de octubre.

¿Qué ha preparado para esa actuación tan especial?

La habitación es pequeña, solo caben 56 personas, así que será un concierto muy de andar por casa. Las personas que vengan, primero beberán un poco fuera, y después me sentaré y cantaré con una guitarra, una voz y haré un poco de poesía e interpretaré mis canciones. Tocaré, en acústico, mis temas más populares: Catch the wind, Colours, Universal Soldier, Mellow Yellow, Laléna y todas esas. Creo que Universal Soldier es muy importante en ese contexto. En las canciones se podrán distinguir las influencias del folk, el blues, el jazz, la música árabe, hindú€ Tengo muchas recetas que hago de la misma manera: con la guitarra, voz y poesía. Quizás también, aunque todavía no es seguro, improvisaré música para un poema de Graves. Tendré el poema en mi regazo, cogeré la guitarra e improvisaré. Será divertido, a ver qué sucede.

¿Se siente cercano a Graves?

Robert Graves y yo tenemos muchas cosas en común. Le sucedió como a mí. Cuando publicó La diosa blanca todo el mundo lo trató de loco. Fue rechazado por lo que se conoce como "Academia" porque nadie se creyó lo que decía en sus texto. Cuando yo empecé mi carrera, a los 17 ó 18 años, la prensa no entendía lo que yo cantaba. Sin embargo, tuve una canción que se hizo muy popular, un hit, Catch the wind. En los periódicos todos escribían: ¿Quién es ese hombre que habla sobre amor, paz, comunidad, poesía? ¿por qué necesitamos esto? Fui un poco ridiculizado, como Graves cuando publicó La diosa blanca.

¿Qué otros lazos reconoce?

Graves decía que había una lengua, un alfabeto de los árboles. Todos decían que estaba loco, pero lo cierto es que los árboles tienen un lenguaje. Algunas veces tienes que tomar setas para escuchar ese lenguaje, tienes que transitar por el subconsciente. El consciente solo ve lo racional y tienes que penetrar en el subconsciente como los chamanes. Los poetas y los chamanes están muy conectados. Los chamanes a veces toman las setas, o se las dan a la tribu, y la puerta entre el espacio interior y el exterior se abre. Cuando eso ocurre, puedes escuchar los árboles, el océano, el viento€ Oirás una lengua diferente. Todas las criaturas tienen su propio lenguaje, solo hay que abrir la puerta para escucharlas.

Habla de setas, de hongos, no de LSD.

Recuerdo que en un periódico popular escribieron: Donovan cree que el mundo es bonito. Claro, un hombre joven hablando de lo femenino, de la belleza del mundo... Seguro que es gay, decían. Y no. Ese era el lenguaje que yo hablaba, era la poética. Como Robert Graves. Éramos muy similares. Leí algo suyo un día y entendí que también tomaba setas. El LSD es demasiado químico, pero las plantas son más suaves y mágicas. Si lees poesía solo con la parte crítica de tu mente, no estás escuchando lo que lees. Si lees con la parte crítica pero también con la parte mágica, la poesía vendrá.

¿Cuál fue su misión en la década de los 60?

Cuando tenía 16 años me dije a mí mismo que haría poesía con música. También lo hicieron los Beatles, Bob Dylan, Leonard Cohen, Neil Young... Lo que hicimos, y seguimos haciendo, no era solo música pop, era música pop poética. Esa fue la verdadera misión de los años 60. Sí, fue la paz y el amor. Pero el secreto de esos años es que quisimos llevar la poesía otra vez a la cultura popular. Con la poesía se habla de muchas cosas: protesta, derechos civiles, feminismo, espiritualidad... La poesía es el lenguaje de la bohemia. Robert Graves era un gran poeta.

¿Qué le trajo a Mallorca?

Esta isla siempre ha sido un lugar mágico para poetas, pintores, músicos. En realidad, lo era todo el Mediterráneo. Quizás por la luz del sol, por el mar, el clima. Todo el entorno es muy bonito y calmado la mayor parte del tiempo. Antes de venir a Mallorca fui a Grecia, un lugar también muy frecuentado por artistas. También estuve en Francia e Italia. Cuando descubrí Mallorca pensé que era diferente a todo lo que había visto anteriormente.

¿Se siente extraño lejos de su Irlanda, en la que también vive?

Me parece que Mallorca tiene muchas similitudes con Irlanda: es muy simple, la gente es payesa, músico o turista. Graves amaba la isla por sus ciclos: el otoño, la primavera, el verano, el invierno. La casa que tenemos en Mallorca, en la montaña, es muy bonita, guarda muchas emociones, es una casa antigua. Mucha gente decide tirar abajo la construcción antigua y construir algo nuevo, moderno y bonito igualmente. Nosotros simplemente quisimos arreglarla. Nos gusta salir al exterior y sentir cómo sopla el viento que acaricia los olivos. Y el cielo, enorme en toda la isla. También hay un increíble estudio de música en el que me siento muy a gusto: Calma Estudis. Cuando estoy allí siento que estoy en cualquier parte del mundo con mi guitarra y en buena compañía.

Habla de Mallorca como de un paraíso.

Cuando Linda [su esposa] y yo venimos a Mallorca, vamos a la montaña y simplemente observamos. Pensamos que todavía hay un lugar en el Mediterráneo donde hay más naturaleza que turistas. Aquí hay turismo, pero está en áreas muy concretas. Ellos llegan, cogen su bus, o taxi o su coche de rent a car, y se van a las zonas turísticas. A mí me gusta el norte. En esta parte sigue mandando la naturaleza. Tal y como decía Robert Graves: La naturaleza, la verde Madre Tierra sigue aquí. Así que gracias, Mallorca.

¿Mallorca también le inspira a la hora de sentarse a escribir y componer?

A Mallorca, como también a Irlanda, la concibo como un refugio. Allí también tenemos una casa, y es un placer poder estar en los dos sitios. A Mallorca le he escrito una canción. Estamos viendo con Josep Maria Umbria cómo podemos producirla. Tengo la necesidad de decirle a la gente de este lugar lo preciosa que es esta tierra. Esta isla me invita a escribir poesía. Y estoy muy contento de hacer un concierto pequeño para una causa tan grande: preservar la poesía. Ojalá viniera algún poeta joven de la isla al recital. Los jóvenes necesitan que alguien les de ánimo. En el norte de Europa juntamos música y poesía. Lo hicimos, sobre todo, los Beatles y yo. Nos lo tomamos muy en serio, lo de la poesía. Y Lennon y McCartney eran irlandeses en Liverpool. Nos hicimos amigos y nos encargamos de que en las canciones hubiera elementos poéticos. No solo rock and roll y baladas.