Comenzó Jorge Dezcallar con una afirmación optimista, pero real: "Estamos viviendo el mejor momento de la historia de la humanidad". El diplomático mallorquín apoyó su afirmación ante un auditorio a rebosar con un conjunto de datos relativos a enfermedades, pobreza y muerte. No hay duda de los avances de la civilización. Pero menos dudas quedan de que sus problemas se están complejizando. Y ahí es cuando Dezcallar entra en materia con maestría y en algunos momentos con humor. El autor de El anticuario de Teherán desplegó un ameno y persuasivo tratado de política internacional en el Club DIARIO de MALLORCA con una afirmación rotunda: "La incertidumbre y el miedo explican el 'brexit', la llegada de Trump a la Casa Blanca, los populismos y los nacionalismos". ¿Por qué ese temor y desasosiego mundiales? Dezcallar sostiene que la aceleración del tiempo es uno de los grandes responsables. "Todo se ha acelerado tanto que no nos da tiempo a percibir con claridad lo que está pasando", sostiene.

"Están sucediendo al tiempo dos revoluciones que están teniendo un gran impacto en nuestra vida: la tecnológica y la de la información", apunta. "Somos 7.000 millones de habitantes, hay 3.000 millones de smartphones y 3.500 personas conectadas a la red". Factores que están teniendo efectos acumulativos sobre el medio ambiente, el empleo o la política.

¿Cuándo arrancó el cambio de era al que se refiere el diplomático? Dezcallar pone fecha: el 11-S. "Estamos en un fin de ciclo en el que se derrumban las estructuras derivadas de la II Guerra Mundial: el FMI, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas... Y se está produciendo un vacío de poder", señala ante la atenta mirada del público, entre el que se encontraban el escritor y diplomático Fernando Schwartz, el rector de la UIB Llorenç Huguet, el excónsul de EE UU Tummy Bestard, el doctor Oriol Bonnín o los abogados Joan Buades, Rafael Parera, Tomeu Vidal y Francesc Fiol.

A este nuevo orden mundial, amén de la globalización, han contribuido la crisis de Europa, el ensimismamiento americano y la aparición de China. Sobre la cuestión estadounidense, el exembajador sostiene que con Obama había una política exterior, "con Trump es difícil ver un plan coherente". Algunas ideas del presidente norteamericano, como el proteccionismo o la desconfianza de las alianzas, "ponen en duda el orden liberal que desde 1945 rige el mundo". "Es la primera vez desde 1945 que EE UU no ofrece un liderazgo mundial", sostiene. "EE UU es la gran potencia y va a seguir siéndolo, tiene una economía de 18 billones de dólares, pero va a dejar de liderar el mundo. El mundo se está moviendo hacia Asia", defiende.

¿Qué papel le queda por jugar a Europa? "Europa tiene un sistema envidiable en el mundo, con unos costes sociales elevados que son difíciles de mantener. Hay divisiones entre el norte y el sur. Están surgiendo autoritarismos en Polonia o Hungría. Tenemos un bajo crecimiento, un alto desempleo y poca inversión. Y eso despierta miedos. Con la llegada de inmigrantes se reacciona con populismos y nacionalismos, defensas locales a problemas globales. La llegada de Trump debería ser un estímulo para que Europa pensara en políticas comunes para defender sus intereses en el exterior con fuerza", subraya. "Porque en el exterior nos ven como un herbívoro bonachón".

Enfiló la última parte de la conferencia para explicar el fuerte fenómeno del desencanto de la democracia. Apuntó como una de las causas la crisis de la idea de estado moderno que propugnó Bodino. "Cuando el estado deja de controlar ciertos elementos, como la economía, los ciudadanos se enfadan. Pero es que el estado se ha quedado sin instrumentos para atender a la gente como antes", reflexiona. De ese malestar popular, "han surgido el 15-M, la Assemblea Nacional Catalana y Podemos, que detectaron bien los problemas pero se equivocan mucho en las soluciones. Lo que proponen pone los pelos como escarpias", concluye.