Este mes de septiembre varios países están comenzando a administrar terceras dosis de la vacuna. Pretenden reforzar la inmunidad frente a la variante Delta, y también defenderse de lo que puedan suponer las bajadas de las temperaturas que se acercan, con la vuelta a las reuniones en interiores.

La República Checa anunció esta semana que ofrecerá dosis de refuerzo a partir del lunes, a cualquier persona vacunada. Y lo recomienda encarecidamente a mayores de 60 años.

Recientemente se anunciaron políticas similares en Alemania y Francia, para los mayores y las personas con problemas de salud subyacentes. E Israel ahora ya ofrece refuerzos a personas vacunadas, desde los 12 años.

En Estados Unidos también planean ofrecer la tercera dosis a los ocho meses de la segunda, si el viernes lo autorizan los reguladores federales.

Y sin embargo, a pesar de la avalancha de programas de refuerzo en las naciones más ricas, los científicos siguen sin ponerse de acuerdo sobre si son necesarias o no.

Con lo que ello supondrá para la vacunación en los países más pobres.

Ayer, en The Lancet, nuevas dudas sobre la tercera dosis

Dos ex componentes de la FDA americana (Administración de Drogas y Alimentos) publicaron ayer lunes un artículo en el que sostienen que ninguno de los datos que hay sobre las vacunas proporciona evidencia creíble para recomendar dosis de refuerzo para la población en general.

Este artículo, publicado ayer en The Lancet, fue escrito por un grupo internacional de expertos en vacunas, incluidos el Dr. Philip Krause y Marion Gruber, científicos de la FDA desde hace mucho tiempo que acaban de anunciar que dejan la agencia.

Se trata de dos expertos que dirigen la oficina de vacunas de la FDA y han regulado las vacunas durante décadas.

Y aunque han dejado claro que no escriben en nombre de la agencia, sus argumentos suponen claras objeciones a la posibilidad de que en la reunión del panel asesor del viernes se apruebe una dosis de refuerzo a los mayores de 16 años, como ha solicitado Pfizer.

Te puede interesar: Haber pasado la enfermedad protege de la variante Delta «mucho más» que las vacunas

¿Las vacunas siguen protegiendo?

Recordemos que en Estados Unidos, el plan contra la pandemia que anunció Biden la semana pasada incluye la administración de dosis de refuerzo con el argumento de que «prometen brindar a los estadounidenses su nivel más alto de protección hasta ahora».

Pero muchos científicos se oponen al plan asegurando que las vacunas continúan protegiendo poderosamente contra enfermedades graves y hospitalizaciones.

Los autores del artículo de Lancet incluyeron un compendio de docenas de estudios de todo el mundo que muestran tal tendencia.

Por el contrario, los funcionarios federales de salud entre los que se encuentra el prestigioso Dr. Fauci, principal asesor médico de Biden, han basado su decisión en los datos que presentaron los funcionarios israelíes, que han defendido la temprana y agresiva campaña de refuerzo que han realizado en su país.

Según los israelíes, sus datos muestran una clara disminución de la inmunidad contra las infecciones. Pero si vamos más allá, parece que sólo tienen indicios de que exista de una disminución de la inmunidad contra la hospitalización en personas menores de 65 años.

Te puede interesar: La OMS acaba de comenzar a monitorizar una nueva variante del coronavirus llamada «Mu»

Balanza entre dosis de refuerzo y primera vacuna

Además, los científicos que firman el artículo en el que aparecen Krause y Gruber aseguran que cualquier ventaja que puedan proporcionar las dosis de refuerzo no compensaría el beneficio que supondría usarlas para proteger a los miles de millones de personas que todavía están sin vacunar en todo el mundo.

A ese argumento se sumaría la Organización Mundial de la Salud, que ha pedido a los países ricos que pospongan la administración de terceras dosis a pacientes sanos, al menos hasta fin de año.

El objetivo es tener dosis para que todos los países vacunen al menos al 40 por ciento de su población.

Y es que no se puede olvidar, insisten, que cada persona no vacunada brinda una oportunidad para que el virus se transforme en variantes nuevas y potencialmente peligrosas.

También dijeron que una reducción en la eficacia de la vacuna contra los casos leves de Covid-19 no significa necesariamente una caída en la eficacia contra la enfermedad grave.

– «Hasta la fecha, ninguno de estos estudios ha proporcionado evidencia creíble de una disminución sustancial de la protección contra la enfermedad grave. Incluso cuando parece haber disminuciones con el tiempo en la eficacia de la vacuna contra la enfermedad sintomática».

Y el hecho de que en países con muchas personas vacunadas aparezcan rebrotes, puede tener mucho que ver con que los vacunados comiencen a correr más riesgos.

Anticuerpos y células inmunes

Varios estudios publicados por los CDC, incluidos tres el viernes, sugieren que si bien la eficacia contra la infección con la variante Delta parece disminuir ligeramente con el tiempo, las vacunas se mantienen estables contra enfermedades graves en casi todos los grupos de edad.

Solo en los adultos mayores de 75 años las vacunas muestran algún debilitamiento en la protección contra la hospitalización.

No olvidemos que la inmunidad conferida por las vacunas se basa en la protección tanto de los anticuerpos como de las células inmunes, linfocitos T. Y aunque los niveles de anticuerpos pueden disminuir y aumentar el riesgo de infección, la memoria del virus en el cuerpo es duradera.

La variante Delta

Es verdad que las vacunas son un poco menos efectivas contra la infección con la variante Delta que con la variante Alfa, pero el virus no ha evolucionado para evadir las respuestas sostenidas de las células inmunes, dijeron los expertos.

Los refuerzos podrían llegar a ser necesarios incluso para la población en general si surge una variante que elude la respuesta inmune, agregaron. Pero de momento no parece que sea el caso.

Y además, advierten de que debido a que se ha demostrado que las dosis de refuerzo inducen respuestas fuertes, las dosis más bajas podrían ser adecuadas y más seguras.

También enfatizaron que ajustar las vacunas para proteger específicamente contra nuevas variantes, como Delta, podría ser el mejor y más duradero enfoque, en parte porque es probable que las nuevas variantes evolucionen a partir de las de mayor circulación.

Moderna y Pfizer ya están evaluando inyecciones de refuerzo específicas de Delta.

En lo único que parecen coincidir todos es en que una dosis de refuerzo sí podría ser recomendable para personas con sistemas inmunológicos débiles. Pero eso en estados Unidos, por ejemplo, ya está autorizado.