Arizona Baby son rock. Son americana. Son soul, boogie, country, pop. Son unos vallisoletanos fascinados por la mítica anglosajona de raíz. Pero no clonan: recrean y crean. Han conseguido definir su personalidad desde su primera referencia (Songs to sing alone, autoeditado, 2005) y redundan en ello en su quinta obra, Sonora (Subterfuge, 2018), logrando una vez más el marchamo de alto nivel autoral. Hoy viernes actúan como cabezas de cartel en el nuevo episodio del ciclo Nits cúbiques, una de las joyacas de la oferta cultural que ofrece la isla, único en su heterodoxia de concierto, exposición, tapeo, moda, acústicos o sesiones de DJs. El diálogo es con Javier Vielba, cantante y motor creativo de la banda.

*Diario de Mallorca sortea cuatro entradas individuales para la Nits cúbiques de hoy viernes: Arizona Baby + Turnedo + RedBellion DJs + Expo de collages de Jaume Serra + Pop Up de Mimo Upcycling + Microconciertos + Ruta de tapas. Lloseta + Teatre de Lloseta (Pou nou 1), a partir de las 20 h.

Para participar envía un mail a teinvitamos@diariodemallorca.es con el asunto “LasNitsCúbiquesLoVanAVolverAPetar”

HEMOS BUSCADO HACER UN DISCO HONESTO, Y POR ESO HAY TANTOS INGREDIENTES”

-Señor hiperactivo [Arizona, Corizonas, El Meister, trabajos como productor]: ¿cómo cambia usted el chip entre proyecto y proyecto?

-Es algo que no es difícil sino recomendable. Sienta bien a la mente creativa. Y funciona de manera muy prosaica: si te atascas con una canción que has escrito para un grupo, o bien se la ofreces a otra de las bandas en las que estés, o bien te pones con otra de cualquiera de esos grupos. Pero al final cada propia dinámica impone su ritmo, porque no es lo mismo estar en el local que tocando, en el parque con los colegas o en el estudio. Todo junto es refrescante.

-¿Refrescante o terapéutico?

-Tiene mucho de terapéutico. Es un descanso de mí mismo. Cuando cambio de actividad, sobre todo cuando trabajo para otros, es una descompresión necesaria.

-He leído el término “rubicón” en un texto de promo sobre vosotros. Cruzar el rubicón significa conquistar el poder por la fuerza. ¿Vuestro último disco es una conquista del pop la fuerza? Porque suena mucho más melódicamente pop de lo habitual. Diría que incluso más blues y hasta funk.

-Es cierto que este disco tiene mucho de órdago, de reivindicarnos como grupo, como ente creativo. A nivel concreto, hemos cambiado de batería varias veces, y por encima de todo queríamos ir más allá de estilos y etiquetas, sin importarnos lo que dijera la gente, los seguidores o la familia. Teníamos la certeza de que si no nos preocupábamos de todo ello, en última instancia, le llegaría a más gente. Para comunicar honestidad tienes que ser honesto. Por ejemplo, cuando decidí hacer Filología Inglesa en vez de Derecho. Dije: “Voy a ser honesto conmigo mismo”.

-Y entonces montaste un grupo.

-Exacto [ríe]. Lo que hacemos en Arizona Baby es lanzar una bengala, alzar una bandera, y es entonces cuando la gente que le llama la atención o se reconoce en ello se acerca. Es la misma mecánica que cuando de joven llevabas camisetas de tal o cual grupo: buscabas que alguien se reconociese en ella y te dijese “soy como tú”. Hemos buscado hacer un disco honesto, y por eso hay tantos ingredientes. También nos estimula ver que cuando eres un grupo personal y pasas de modas, el público se pone nervioso. Y también que la prensa tanto especializada como mainstream te ignora. Por eso, siempre seremos underground.

-Siempre lo pregunto: ¿qué significa el título del disco?

El desierto de Sonora, California, los horizontes sin límites... Siempre hemos dicho que somos un grupo del desierto de la meseta. En Valladolid y alrededores hay mucha aridez y grandes horizontes. Todo eso nos llevó a esta música anglosajona, hasta el desierto pucelano. También nos ha influido mucho el stoner de los 90. Sonora lleva a eso, a esa generalidad, porque engloba todo lo que hemos hecho. Y también porque es una palabra de raíz española, y en California hay mucho término, topónimos, vocabulario, de origen castellano. Todo el mundo lo iba a entender o a intuir por dónde va.

-Un título: Videotapes

-Totalmente. En el 90 yo cumplí 12 años. De los 12 a los 17 me pilló aquella exuberancia musical. Rock clásico o alternativo, Blind Melon, el stoner, metal alternativo, Pantera, Sepultura, Ministry, el rock industrial, indie rock... El disco es un homenaje a las tardes en las que descubrimos el mundo a través del rock. Un homenaje que, sobre todo, nos ha renovado. Ahora tenemos una mirada más limpia y amplia, tenemos más visión de futuro. Después de todo ello llegó el momento de “Voy a meter un piano. ¿Por qué? Porque tengo 30 años”. Pero es a día de hoy cuando nos sentimos fulgurantes. Funcionamos mejor en directo, yo canto mejor por los años y porque he dejado de fumar, y dominamos mucho más nuestros instrumentos. Es, deliberadamente, nuestro momento más inmaduro.

-¿Qué calificativo le ponemos a los catorce minutos instrumentales de Just say it's so

-Deuda pendiente en estudio, porque es algo que siempre hacemos en directo. Es algo que nos viene precisamente de los años 90. Billy Corgan [cantante y líder de Smashing Pumpkins] contó en una entrevista que en directo solían alargar canciones hasta los 40 minutos, y que al público le encantaba, hasta que dejó de gustarle. Corgan se quejaba de que hoy ya no puede hacerlo porque la gente se queja vía redes sociales. Supongo que tiene que ver con cómo funciona el mundo hoy: el público que es más caprichoso, la dictadura de las “experiencias” que hay que tener sí o sí, que todo el mundo quiera escuchar los hits y contarlo vía redes... “Si no los tocamos”, decía Corgan, “al día siguiente hay avalancha de comentarios”. Obviar todo eso y alargar los temas nos conecta con otras influencias musicales, como Neil Young o Allman Brothers, que siempre lo hacían en directo. Hacerlo era una deuda con nuestro directo y sobre todo con nuestro guitarrista, Rubén Marrón. Me parece un instrumentista extraordinario al que se reivindica poco, y es un músico innovador: entre otras cosas, consigue el espíritu de una guitarra eléctrica con una acústica.

-Un músico de rock me dijo que hacía discos únicamente por la esperanza de que le gustasen a Neil Young. ¿Firmas, como devoto de Young?

-Es una buena forma de tener un faro en la oscuridad. Por ejemplo, a veces he pensado: “Seguro que esta canción funcionaría en la película Suspiria”. Nos dicen a menudo que nuestra música es muy cinematográfica.

-Os preguntan mucho por vuestro sonido, vuestra estética, vuestras evidentes influencias norteamericanas o anglosajonas de raíz. Démosle la vuelta: dime un músico de menos de 25 años que te fascine.

-The Levitants, que son de Valladolid, recién fichados por Subterfuge y les he producido su primer disco. Ty Segall, Temples, Telegram... Hay mucho grupo de garage, punk, psicodelia... O Las Genuinas, que son de Salamanca.

-Te entrevisté en 2016 por mor de un concierto de Corizonas en la isla. Me gusta mirar entrevistas del pasado porque son precisamente eso: el pasado. Quiero decir, en aquel momento las coordenadas primordiales de la sociedad y del mundo no eran hashtags, redes sociales y narcisismo. Todo ello tiene que haber influenciado a un creador.

-Pero es que todos los artistas tenemos un punto de narcisismo. La cuestión está en que hoy día el narcisismo se ha instaurado por todo, pero no de manera constructiva y enriquecedora, que puede tenerla. Y además, hay una dictadura del zasca, de los comentarios “graciosos”.

-En una entrevista reciente dijiste que tu filosofía es, como decía el teclista de la película This is spinal tap, “Pásatelo bien todo el rato”. Resulta que siempre quisiste ser un This is spinal tapmillenial

-Por supuesto. Las gentes que nos dedicamos al arte tenemos una cuota importante de hedonismo y de síndrome de Peter Pan. Ese hedonismo es parte del rock&roll, y es fundamental para el equilibrio natural, aunque al final se imponen las tablas. En ese sentido, nos vemos como guerrilleros del rock&roll. Aunque la música tiene sus lados malos: dependes de parámetros que escapan a ti. Los conciertos por el tiempo que haga cuando tocas, los discos porque la fábrica se retrasa y no cumple los plazos pactados, afectando a la promo... Tienes que desarrollar mucha cintura para evitar ese hedonismo del que hablábamos. Que es cuando te das cuenta de que todo te la suda cada vez más. Otro tema duro es pasar tanto tiempo fuera de casa. Pero inevitablemente es emocionante y antirrutinario.

-En 2009 grabásteis una versión de Standing in the way of control

-Tesón y versatilidad.