Aproximadamente cada media hora nace un grupazo en España, y así tenemos el nivel mundialmente envidiable que tenemos, como sabe cualquiera que no viva dentro de un zapato. Una de esas bandas con las que uno se pasearía por el globo terráqueo a modo de trofeo de lo buenos que son es el dúo barcelonés Za!, artefacto sonoro tan estiloso que sería la banda sonora perfecta para, pongamos, invadir Gibraltar maracas en mano y llenar el Peñón de amor caliente. Muy caliente.

Con Za! Todo vino de cara desde el principio: se han ido involucrando con gente tan extraordinaria como Nisei, una suerte de padrinos para ellos; Jens Neumaier, de aquella maravilla que fue 12Twelve (con él grabaron Eki Eki Eki Kazaam! en 2006); Santi García, el mejor productor e ingeniero de sonido del rock que existe en España y líder de los extraordinarios No More Lies (responsable del sonido de Macumba o muerte en 2009 y Megaflow en 2011) o Bob Weston, bajista de esa ya mítica escuela del rock áspero que son Shellac y quien masterizó Macumba.

El dúo llega para encabezar el Festival Jarana, hito en la programación musical mallorquina que se está creando un nombre más fiable que los sándwich de Nocilla. El cartelazo no acaba ahí: también harán que la juerga sea gloriosa los grupazos Joe Crepúsculo, L’hereu escampa, Beach Beach y Lost Fills, o DJ infalibles como Watermelons y Gins & Leggins. Sería una lástima tener que contar que no estuviste en el festival del verano.

Es el batería de Za! Eduard Pou quien contesta este cuestionario.

*Sopas mallorquinas sortea 5 entradas individuales para el festival, que se llevarán los primeros que envíen un mail a sopasmallorquinas@gmail.com diciendo qué actuación creen que les hará bailar más.

“SI TIENES UN ERROR, SIGUE TOCANDO ESE ERROR”

–¿Qué soléis responder cuando os preguntan qué tipo de música hacéis?

–La que nos gusta. Rock progresivo, experimental, mezclando lo que nos más nos atrae y al máximo volumen.

–El directo tan personal que tenéis, ¿es una decisión premeditada para hacer más asequible una propuesta “difícil”?

–Existe el objetivo de retarnos entre nosotros, pero todo, recursos, acciones, surge de manera natural. Cuando colaboramos con La Orquesta del Caballo Ganador sí hacemos un espectáculo, aunque como en Za!, siempre al servicio de la música. Casi nunca nos planteamos nada de lo que hacemos en directo. Solo en las entrevistas.

–La escucha de Wanananai

–Sí, bastante. Los polirritmos, mezclar uno par con uno impar... Es una buena forma de empezar una canción. Nos gusta jugar a las matemáticas con la música.

–¿Qué hay en Wanananai

–Sonidos más sintéticos y electrónicos. Megaflow era más guitarrero. En este hay más sintetizador, recomendado por El Guincho, hay más voces y es más sabrosón y bailable, dentro de lo difícil que es bailar con nosotros.

–Cada vez sonáis más latinos. Os hacéis fotos con Eliades Ochoa y todo. ¿Es una pista de por dónde va a ir Za!?

–Es una pista. Escuchamos muchas cosas latinas, y el reto es mezclarlo con gente influencias como Steve Reich.

–Es curioso que a pesar de la mucha experimentación que buscáis no dais la sensación de búsqueda de trascendencia o introspección, sino todo lo contrario: de tener un gran sentido del humor.

–Es básico tenerlo. Las cosas se imponen de ese modo. Si hoy nos cuentan un chiste igual mañana lo metemos en una canción. Es cierto que la música experimental suele ser más seria y académica, pero nosotros guardamos la seriedad para los ensayos.

–¿Es divertido estar en Za!?

–Yo me lo paso muy bien. Somos dos, no podemos enfadarnos.

–¿Definitivamente asentados y cómodos como dúo?

–Totalmente. El dúo es el mejor formato para lo que hacemos.

–Os pregunto lo que a los músicos de jazz dedicados a la improvisación: ¿en directo controláis lo que tocáis, todas y cada una de las notas?

–No porque somos muy autodidactas y hacemos lo que podemos. Tenemos partes compuestas, peor luego aprovechamos nuestras limitaciones porque del error salen muchas cosas buenas. Si tienes un error, sigue tocando ese error.

–¿En estudio controláis lo que tocáis, todas y cada una de las notas?

–En estudio sí, aunque metamos muchas partes improvisadas. En Macumba o muerte hay mucha improvisación, y en el último hay menos pero también está, por ejemplo en el principio de El calentito.

–Habéis grabado con gente tan potente como Santi García (No More Lies) o Jens Neumaier (12Twelve), y os ha masterizado gente tan icónica como Bob Weston, bajista de Shellac, o Jeff Lipton. ¿Sois un grupo difícil de capturar en estudio?

–No especialmente, aunque depende de la época. Con Jens fue tal vez más complicado porque él tenía muchas ideas previas, aunque eso es bueno si es tu primer disco y no tienes las ideas claras. Santi García también tiene ideas iniciales, pero si llegas a un punto común el resultado puede ser extraordinario.

–¿La vanguardia musical española se hace en Cataluña y la mayor parte está en Bcore?

–Hace años habría dicho que sí; hoy ya no tanto. Diría más: la cosa se está repartiendo, y hay gente muy interesante en Valencia o Galicia. Y en Cataluña hay gente muy joven que se está moviendo mucho en ciudades pequeñas más que en Barcelona.

–Llamó mucho la atención que os fichase un sello tan pop como Acuarela, si bien es cierto que como promotores del festival Tanned Tin están muy pendientes de la vanguardia musical.

–¡Jesús Llorente, el jefe de Acuarela, también se sorprendió mucho a sí mismo! Pero fue genial. Ahora preferimos producirnos nosotros mismos, reuniendo a amigos para ello.

–Después del catalán andalunizado de Kiko Veneno llegan los barceloneses andalunizados de Za!: ¿cómo llegáis a colaborar con Pony Bravo?

–De casualidad. Nos cruzamos caminando por el Primavera Sound y les gritamos “¡eh, buen disco!”. Después ellos nos escribieron, nos pagaron los billetes a Sevilla y fue llegar y grabar, en una noche casi, sin dormir. Son un encanto. Y es curioso que congeniásemos tan bien porque ellos son de meter y mantener una nota, mientras nosotros somos más impacientes.

–¿Tenéis canciones de amor?

–Alguna vez nos hemos preguntado si podríamos tener alguna. Pero nos saldría muy bestia. Las canciones de amor no tienen por qué ser lentas y densas. A nosotros nos saldría tipo black metal. Pero tampoco buscamos una temática a la hora de hacer una canción.

–¿Y de protesta?

–Mmmm... tampoco. Pero tal vez sea porque no solemos usar letras. Somos muy malos escribiendo textos. Como mucho, en Súbeme el monitor, donde protestamos ante los técnicos de sonido. Autoproducir el disco es una forma de protesta.

–También llama muchísimo la atención vuestra versatilidad: habéis tocado con gente como como Lightning Bolt, Mark Eitzel, And You Will Know Us By The Trail Of Death, El Guincho, Delorean, Mishima, Peter Brötzmann o Damo Suzuki. ¿Igual de cómodos con todos ellos?

–Al final no depende tanto del estilo sino de traerlo caliente o no. Con gente estilísticamente más próxima te puede pasar que todo sea más frío, y sin embargo con otros como Mishima, con quienes no coincidimos en nada y no sabemos ni el tipo de rock que escuchan, encontramos un terreno común por medio de la improvisación conducida.

–Última pregunta que no tiene que ver con nada o tiene que ver con todo: ¿Cataluña independiente?

–No lo sé. Me fascina la seguridad de la gente en sus opiniones. Y eso que soy periodista [Pou estuvo trabajando cuatro años en El matí de Catalunya Ràdio de Manel Fuentes]. Sí pero cómo; no pero cómo. No sabemos cómo será el sí o el no.