Puede que Jorge Pardo (Madrid, 1956) no sea todavía un mito, cosa discutible, pero el número de figuras y asuntos míticos con los que ha tenido que ver es más que extenso: ha girado y grabado con Paco de Lucía, participó en La leyenda del tiempo de Camarón, en la gira Touchstone de Chick Corea, en las películas Flamenco e Iberia de Carlos Saura, ha editado en el legendario sello neoyorquino de jazz Blue Note, es integrante del gigantesco trío Pardo/Benavent/Di Geraldo, su lista de colaboraciones es casi infinita (Chano Domínguez, Pat Metheny, Pedro Iturralde, Tete Montoliu, Michael Brecker, Al Di Meola, Peter Erskine, Ketama, Marcus Miller, Santiago Auserón...). Con flauta travesera y saxo ha creado una dimensión propia y reconocible en la fusión de flamenco y jazz, ampliando su concepto de mestizaje a otras músicas del mundo. Grabó su primer álbum en solitario en Mallorca, auspiciado por el manacorí Joan Bibiloni. Su único defecto, como el de tantos músicos geniales en este país, es que no es futbolista.

Jorge Pardo actúa el domingo 4 de septiembre en el claustro del convento de Santo Domingo (Pollença) a las 22 horas, acompañando a Jaco Abel (guitarra), Karen Lugo (bailaora), Gaizka Baena (guitarra), Rocío Soto (cantaora) y Benji Habichuela (percusión). Entradas: 25 €. Concierto a beneficio de la ONG SOS Árboles.

¿Son el jazz y el flamenco las dos músicas más individualistas que existen?

–Si digo que sí pareceré el abanderado del flamenco-jazz y no quiero que sea así, porque mi paleta, mi aprendizaje, es más extenso: latino, africano, rock, clásica, oriental... aunque esa simbiosis de flamenco y jazz es muy cercana a mí. Y es cierto que en ambos el intérprete tiene mucho que decir ante la obra de otro autor.

Dijo Antonio Carmona de Ketama en una entrevista reciente a este diario que al flamenco le falta un sonido más internacional.

–Me abstengo de opinar... aunque no lo creo. Cualquier estilo lo es sin sus intérpretes, y no creo que al flamenco le haga falta nada más que éstos sean valientes. Aparte, el circuito internacional no me importa.

Flamenco y jazz tienen muchos jóvenes talentos, pero ¿está envejeciendo su audiencia?

–Sí. Pero también es porque el público conoce lo que emisoras, televisiones y grandes compañías discográficas dan a conocer, y nosotros no estamos en sus repertorios. Luego vienen a nuestros conciertos y dicen “no pensaba que me iba a gustar”.

¿Qué aprendió del flamenco en el conservatorio?

–Nada.

¿Qué aprendió del jazz en la calle?

–Todo. He sido autodidacta y he tenido muy buenos maestros, que más que enseñarme, me han enseñado a aprender. Porque uno no aprende de quien le enseña, sino de quien quiere aprender.

¿Qué repertorio va a hacer este domingo en Pollença?

–Seré sólo un invitado. Cuando la ONG SOS Árboles contactaron conmigo, no lo dudé ni un momento. Pero aún no sé qué tocaremos.

Y el 28 de octubre actuará con Toni Cuenca y la Simfònica de Balears en el festival de jazz de Alcúdia.

–Será la primera vez en mi vida que haré una revisión de mi música en clave sinfónica, gracias a los arreglos de Toni Cuenca. Me interesa mucho ver si podremos improvisar con una orquesta.

Precisamente sobre la improvisación: ¿controla usted todo lo que toca, cada nota?

–En absoluto. En directo soy un espectador más, me dejo llevar por la intuición de manera máxima. Por medio de mis conocimientos, claro, pero la experiencia está sobrevalorada y la intuición infravalorada. Calculo que controlo un 50 ó 60% de lo que toco.

¿Controla todo lo que graba?

–Sí, algo más, porque el estudio de grabación invita a la reflexión.

¿Cómo se apunta un saxo a una juerga flamenca?

–[ríe] ¡Buena pregunta! Es cierto que no es usual, pero he conseguido convertirlo en algo usual para mí.

Pepe Habichuela y Dave Holland grabaron un disco sin hablar ninguno ni una palabra del idioma del otro. ¿Se pierde algo musicalmente por ese impedimento?

–No, qué va. Los idiomas también están sobrevalorados. La comunicación está por encima de ellos. Son importantes para la técnica, pero no para la música.

Ha girado y grabado con Paco de Lucía. Algunos se están poniendo muy pesados con que el guitarrista ya no toca tan rápido como antes. ¿Es eso importante?

–Para su maestría, tanto como si se ha dejado el pelo largo o barba.

¿Al trío Pardo-Benavent-Di Geraldo solo le supera el de Messi-Iniesta-Xavi?

–[se carcajea] Soy admirador del buen juego aunque no comparta los colores. Lo que hacemos Carlos, Tino y yo en el escenario es conversar mucho, tanto en España como fuera.

¿Por qué hay más futbolistas millonarios que músicos?

–Los futbolistas son los gladiadores de esta época. Los músicos, ¡no el show business!, somos científicos que trabajamos en la sombra.

Los mismos flamencólogos parece que no lo tienen claro: unos dicen que lo que más ha evolucionado es el cante, otros que solo el cante masculino, otros que el baile, y muchos que la música. ¿Usted qué opina?

–Respeto a todos, también a los flamencólogos, pero no estoy de acuerdo porque se trabaja con formas del pasado, del pasado reciente, para formar el presente. Cuando alguien pretende sentar cátedra pierde validez, porque el flamenco evoluciona sin el control de nadie, ni siquiera el de los músicos.

¿Qué zonas comunes hay en su concepto de la fusión, el de Morente y el de Carmona?

–Que somos artistas con nuestra propia visión y respeto a la tradición, y que hemos sido valientes.

¿Quién está haciendo el trabajo de Mario Pachecho y Nuevos Medios ahora? (promotor y disquero de referencia en la música de fusión).

–Nadie. Es como buscar al sucesor de Camarón o Antonio Chacón. Las personas son insustituibles y cada uno tiene que hacer su propio trabajo.

Dicen que la noche de Madrid ya no es lo mismo sin Miguel Candela (propietario del mítico Bar Candela, lugar de encuentro de artistas flamencos desde hace décadas, fallecido en 2008).

–Así sucede. Aunque habría que preguntarle a un chaval de 17 años qué le inspira y por dónde se mueve. Seguro que hay algo parecido por ahí.

¿Qué público es más agradecido ante su interpretación del flamenco: el norteamericano, el alemán o el japonés?

–Aunque no soy gallego, te diré que todo aquel que se acerque con espíritu abierto. La nacionalidad no importa.

¿Es Chick Corea el pianista de jazz más en forma hoy en día y, sobre todo, el más pedagógico y accesible al profano? (Pardo se unió en 2004 a la gira Touchstone

–Chick está por encima de los mitos. A los artistas nos gusta refugiarnos en el mito, pero él no necesita decorado ni falsas declaraciones. Por eso, sólo con tocar, está enseñando de manera nítida.

¿Qué es lo que más hay que valorar de Joan Bibiloni? (Pardo grabó en Mallorca su primer álbum en solitario, de título homónimo, en el estudio del manacorí

–Su intenso ánimo y entusiasmo. Él fue un punto de referencia en mis comienzos, y llevaré siempre grabados en el corazón los muchos valores que recibí en aquellos tiempos.

Es verano: recomiende algo muy concreto para hacer en esta época del año.

–Lo que voy a hacer ahora mismo: asistir a una reunión de músicos en la playa de Mojácar (Almería).