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Narrativa

Venezuela urgente

Dos magníficas novelas, ´Patria o muerte´ y ´The Night´, abren la puerta a un conocimiento más profundo de la historia inmediata del país

Imagen de una de las manifestaciones celebradas en Venezuela por su crisis política. jorge silva/REuters

Desde los tiempos de Rómulo Gallegos y Uslar Pietri, don Arturo, no había desembarcado de manera simultánea semejante talento literario en España. Dos novelas muy diferentes cubren ese inquietante vacío cultural que durante años había protagonizado uno de los países latinoamericanos más unidos a España, por la emigración pero también por lazos comunes y una mutua simpatía venida a menos de un tiempo a esta parte. Una lástima estúpida, por insensata y errónea.

"La vanidad es el motor del mundo". La frase es de Alberto Barrera Tyszka, ganador del Premio Tusquets de novela con su firme y ordenada Patria o muerte. Una novela que toma partido, ambientada en los meses previos a la muerte de Hugo Chávez, y que analiza los desvaríos del poder y el microcosmos de una ciudad, Caracas, víctima también de los delirios de grandeza y las aventuras fallidas.

Miguel Sanabria es un prestigioso oncólogo, ya jubilado. Ha conocido los buenos años de Venezuela, con el petróleo caro y cierta forma de gobernar que, al menos, permitía la excelencia cultural, financiaba buenas instalaciones educativas y convivía de alguna manera con la iniciativa privada. Años dorados en los que floreció una burguesía formada e identificada con su país. La acción comienza un año después del anuncio de la enfermedad del presidente, Hugo Chávez. Es junio del año 2012. Sanabria, casado con una furibunda "escuálida" -el término acuñado por los partidarios de la revolución bolivariana para señalar a los opositores de cualquier edad y condición- recibe una misteriosa llamada de su sobrino Vladimir (el nombre lo dice todo) y esconde una caja misteriosa con un contenido inquietante.

La trama se complica. En el mismo edificio viven Fredy Lecuna, un joven periodista que acaba de perder su empleo, su mujer y su hijo Rodrigo, de diez años. Una amiga editora encarga a Lecuna un instant book sobre la enfermedad del presidente, celosamente escondida, maniatada la verdad tras los muros del CIMEQ, una clínica cubana. Y un poco más allá viven o malviven María y su madre, solas, frágiles, víctimas predestinadas en un país armado y violento en el que mueren al año 20.000 personas, dos por hora, hasta la victoria final. Un país donde "quien no es chavista, no es venezolano".

Hay un momento en el que Lecuna piensa que Chávez de nuevo ha conseguido lo que quiere: "ser el centro absoluto de atención. Esa era quizás su verdadera ansia, su pasión más secreta y no necesariamente consciente. Quería ser el eje de todo. De la nación, de la historia, de la vida pública y privada de los ciudadanos". La vida cotidiana del país gira en torno a la enfermedad de Chávez, a los comunicados, a sus apariciones fugaces, a gestos, guiños, estados de ánimo. Y así, es inevitable disfrutar leyendo esta notable novela, pero también invade al lector una sensación de miedo, de preocupación, porque lo que nos cuenta Barrera Tyszka no sólo es algo que ya ha ocurrido en otro país, sino que los síntomas suenan demasiado cercanos y familiares como para poder pasarlos por alto.

El protagonista de la espectacular novela que nos ha regalado Rodrigo Blanco Calderón es otro médico -esta vez psiquiatra- y también se llama Miguel. Les habría gustado esta coincidencia a sus protagonistas, engarzados en una trama compleja que transita por todos los recovecos de la Venezuela actual: desde las más sórdidas callejas de Petare hasta los apartamentos de lujo con vistas a las montañas. La novela de Blanco Calderón es una epifanía de la literatura, una fiesta gozosa del lenguaje y sus posibilidades, un constante órdago a la inteligencia, pero también una crónica laberíntica del deterioro moral de un país que pudo ser y ya no será jamás un paraíso en la tierra, un país lleno de talento desaprovechado.

The Night es un laberinto, una obra que juega con la realidad y la ficción y que mezcla personajes, situaciones, verdades y mentiras. Comienza con la noche del primer apagón caraqueño, en enero de 2010. The Night es la amistad noctámbula de Miguel Ardiles con Matías Centeno. Es la relación que se establece entre Matías y Pedro Álamo, alumno de sus clases de escritura creativa. Es la suerte de Margarita Lambert, compañera de aula. Es la vida de todos ellos, vidas cruzadas en varias capas superpuestas a lo largo de los años. Y también es la historia real de Darío Lancini, maestro creador de palíndromos, de su pareja, Antonieta Madrid, escritora talentosa y bellísima, y por supuesto la crónica de los asesinatos salvajes de un eminente psiquiatra que ha tratado a los más altos dirigentes de la patria. Son los exilios y los años en París, Polonia y Atenas de un grupo de amigos unidos por la cultura y la belleza. Y la resistencia de gente como Petkoff y otros muchos, hoy tan peligrosos, tan enemigos.

Es imposible describir todo lo que ha sido capaz de reunir Rodrigo Blanco en esta luminosa revelación, este compacto volumen de ficciones y memorias auténticas, cruce apasionante de personajes verídicos e imaginados que obligan a su autor a señalar, al final, que todo está inventado, aunque mucho de lo que se cuente sea real. Por la novela aparecen con lógica y perfecta sucesión referencias a Kerouac, Joyce, Hoffmann, Cortázar, Sergio Pitol, Morphine, Metálica, Géricault, el inventor del Tetris, Mastroianni, James Ellroy o Saussure. Y todo encaja con precisa exactitud: si Wittgenstein declaró que los límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro mundo, Blanco Calderón demuestra que los límites de nuestro lenguaje están en las fronteras de nuestro cerebro, de nuestra consciencia. Y lo hace a través de la figura real de Darío Lancini, que entregó su vida a la exploración y a la ludolingüística para publicar un único libro único de palíndromos, anagramas y "textos bifrontes" cuyo sentido dependerá de la intención con que se lean. Un espectáculo inédito, una obra mayúscula de una ambición explosiva. Absorbente y complicada, The Night es mucho más que la crónica de una Venezuela moribunda. Es una bacanal creativa, un puzzle roto de vidas ardientes, un huracán obsesivo, laberinto arriesgado, salto al vacío. Un zarandeo formidable en tiempos de mediocridad. Una lectura imprescindible.

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