Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Poesía

Diecisiete propuestas de lectura

De las abundantes novedades de poesía traigo aquí los libros leídos que más me han interesado

Gemma Gorga ha recibido el Premio de la Crítica por ´Mur´.

En catalán, el veterano Màrius Sampere (1928) ha publicado L´esfera insomne (Labreu), una indagación totalizadora sobre la conciencia del mundo que quiere ser experimento poético y balance vital a la altura de la senectud ("Som allò que no podia ser"). Desde su mirada irónica y lúcida, siempre provocativa y libre, Valentí Puig (1949) propone balance distinto y de variados registros en Dormir mil anys (Proa). Poesía, artes y biografía unidas, homenajes, naturaleza, pasión de vida acrecen el mundo poético de Ponç Pons (1956) en el espléndido Camp de Bard (Proa): "Ser paraula encarnada de sàvia passió/ i escriviure feliç a un lloc fora del mapes/ on voltats de natura puguem fer l´amor/ i poètiques passin coses i no dies".

Passatge a l´hivern, Premi Ciutat de Manacor, de José Luis García Herrera (1964) compone una elegía por la muerte del padre ante la que los versos acaban siendo "tan sols taques d´ombra en el quadern roig". Occident (El Gall), de Marcel Riera (1956) es un libro en que el hilo argumental de variados viajes -Nueva York, Gales, Praga, Venecia, Viena, etc.€- sirve a una compleja mirada sobre la crisis de la realidad y la cultura occidentales. Lisbona (Lleonard Muntaner), de Gabriel de la S. T. Sampol (1967) constituye un emocionante recorrido por la ciudad portuguesa y a la vez una evocación amarga de la propia tierra. Música de palabras, sugerencia amorosa y reiteración de un Lelia doura que pone aire medieval de misterio en el libro ahondan en lo íntimo el homenaje.

Gemma Gorga (Barcelona, 1986) ha recibido hace unas semanas el Premio de la Crítica por su Mur (Meteora), un poemario protagonizado por mujeres que, arrancando de la historia de las emparedadas en los muros de las iglesias y monasterios del siglo XII, avanza, a través de las figuras de sus dos abuelas, hasta una reflexión sobre el encierro interior y la condición femenina a lo largo de la guerra y la posguerra y, más ampliamente, sobre la soledad contemporánea: "Després de dir, desdir./ Després d´incloure, excloure./ Després d´anotar, oblidar./ Després de sumar, restar./ Després de fer, desfer./ Després d´estimar./ Després./ Què€" ("Autobiografia").

Por último, en Wunderwaffe (Cafè Central / Eumo Editorial), Jaume Munar Ribot (1982) presenta un libro duro y de compleja escritura en que la referencia del título a las "armas maravillosas" (Wunderwwaffe) de los nazis sirve de arranque a una épica terrible de la condición humana que la implacable métrica martillea eficazmente en el oído: "Desprès, tots diran que és l´odi/ la coïtja que ens emmena/ a la netedat, però/ és la bellesa mateixa,/ que persona en tots nosaltres/ com un manament moral,/ qui dels nostres cervells tous/ n´ha fet el sòlid altar/ on serà immolat el caos€".

En castellano es un acontecimiento la reciente edición de la Poesía completa (Pre-Textos), de César Simón (1932-1997), con extenso prólogo de Vicente Gallego que analiza la complejidad sensorial y metafísica de este poeta germinal. Francisco Brines (1932), el gran poeta elegíaco de la generación del cincuenta, ha publicado Jardín nublado (Pre-Textos), amplia antología que añade diez poemas inéditos tras La última costa (1995). José María Álvarez (1942), uno de los "novísimos" de mayor continuidad, ha publicado Seek to know no more (Renacimiento), un libro en el que vuelve a afirmar, entre provocativos poemas políticos y una profusión de citas de sus autores preferidos, su entusiasta celebración del Arte, de la belleza, de la sensualidad y del erotismo: "Saborea/ tu copa, aspira el humo/ de tu cigarro,/ agradece algunos seres que has amado,/ y el mar, los árboles, Venezia,/ los perros, los crepúsculos, la música, la Luna". En tonos ciertamente más oscuros Ana Rossetti (1950) ha publicado Deudas contraídas (La Bella Varsovia), alegato contra la realidad contemporánea en estremecedores poemas sociales: "En el mundo al margen del mundo que equilibra con sobornos la balanza de la justicia y cimienta en la esclavitud de muchos su artificio de libertad".

Ficciones para una autobiografía (Bartleby), de Ángeles Mora (1952), reciente Premio de la Crítica, indaga desde la perspectiva de género, con eficaz ironía y con lúcida conciencia histórica, sobre la identidad de un sujeto poético que se afirma como mujer y como esencialmente relacional y vivo en sus contradicciones. Con el largo poema en prosa Balada en la muerte de la poesía (Visor) Luis García Montero (1958) despliega una defensa de la poesía en unos tiempos de banalización del lenguaje, de ruido televisivo, de desamparo colectivo: "esta es la balada de la gente que se quedó sin rostro". Antonio Cabrera (1958) acaba de publicar Corteza de abedul (Tusquets) en la línea de pensamiento y sensorialidad unidos que caracteriza su penetración en la naturaleza y en la vida cotidiana. Una distinta dimensión espiritual y metafísica busca Vicente Gallego (1963) en el magnífico Ser el canto (Visor), que incluye un homenaje a Miguel Velasco: "Y a ti, Miguel, qué poco/ te ha durado la muerte, pues se olvidan/ los muertos de estar muertos/ y cantan con el sol de las auroras (€)"

Finalmente Ben Clark (1984), uno de los poetas de mayor talento poético de su generación, en Los últimos perros de Shackleton (Sloper), con la vida del famoso explorador de la Antártida como alegoría, compone una amplia reflexión, irónica y tierna, sobre la existencia y el amor: "Viajémonos inmensos hasta dolernos juntos,/ abajo y más abajo/ donde lloran las rocas (€) a la caverna oscura del amor/ donde las criaturas se devoran€/ donde ya no conozcas ni el porqué ni el propósito/ del descenso, viajémonos/ con el primer afán de los imperios€" ("Take the ‘A´ Train") .

Compartir el artículo

stats