Pocas, muy pocas veces, llegan hasta nuestras manos libros que nos resulten tan atractivos como éste -en múltiples sentidos-, relatos de línea y construcción perfecta, de mimo por el detalle y cuidado máximo, de belleza extrema y conciencia eficaz de ésta, de concentración de voces y ecos, de estructura que se amolda a la simetría del personaje a través del cual nos adentramos en un universo donde nos reconocemos, aprendemos y avanzamos de forma conjunta. Libro exquisito, de voz realmente única y trascendental, el susurro delicado que siempre esconde una enorme fortaleza y valentía, la más sincera aportación de voz propia que he encontrado en estos últimos años y lecturas. Es ésta una voz que demuestra su poder a cada paso, también su singularidad, su potencial y lo que aún puede ofrecernos. Grato sorprenderse ante la lectura de un relato que va más allá de la palabra y su historia, que alcanza una profundidad que tarda en abandonarnos, una lectura exigente, un modo de enfrentarse al lector de un modo activo, consciente. Una obra que exige un lector y lectora a su altura de ésta.
Belén Castellanos es profesora y doctora en Filosofía con una tesis sobre la idea de inconsciente y deseo en Gilles Deleuze y el psicoanálisis, acercándolas a los discursos filosóficos de la antigüedad griega, premio extraordinario de Doctorado, investiga en varios proyectos de la UNED y la UCM. Su obra ha aparecido en numerosas revistas internacionales de Filosofía y de Ciencias Sociales. Con Román Reyes ha publicado el libro de relatos Historias intempestivas y secuencias recurrentes (Ed. Plaza y Valdés). Colabora como columnista en diversas revistas digitales.
Nos encontramos aquí ante un conjunto de relatos que por un lado nos desconciertan, puesto que el lector no acostumbrado, o el lector digamos no animal, se sentirá herido o molesto, al hallar esa búsqueda de complicidad consciente o comprensión más allá de una primera lectura demasiado molesta o ajena a un placer sencillo y práctico buscado con excesiva frecuencia; "buen diente" se exige en este caso y cierta colaboración implícita a la hora de descifrar el ensayo o reflexión que se esconde (o se narra y bifurca y analiza) en cada uno de ellos: "Los relatos del presente libro se encadenan como se encadenan los cuerpos que, renunciando a una libertad demasiado barata, pero también a compromisos demasiado formales, viven de verdad, es decir, viven fuera de sí, en la exposición a la muerte, con las entrañas abiertas ante el abismo de los otros". Se practica una gran tipología de métodos de análisis de realidad, desde la autopsia más severa al desarrollo de una relación que aparentemente surge como cotidiana, siempre desde la belleza, la más amarga y real, la más onírica tal vez, pero siempre la más consciente, en la belleza está el drama y en todo drama se enreda la belleza máxima. La autora elabora una red o tejido interior que sin duda nos atrapa, pues nos introduce en la historia, su reflexión es la nuestra, esta identificación incomoda de nuevo, sacude, exige, busca Es una relación por tanto tensa desde el inicio pero con una carga, insistimos, de nuevo, de belleza, tan alta y delicada y extraordinaria, que filosofía, ensayo y relato se funden y confunden hasta encontrar un equilibrio de unicornio podríamos decir o criatura híbrida que encuentra en esta autora su lugar más fértil, adecuado, exacto. Historias y voces que nos recuerdan a Marguerite Duras, Thomas Bernhard, V. Frankl, Camus, un recorrido sin duda sentimental por algunos de los ecos que han marcado nuestra madurez lectora y vital. No obstante, la autora encuentra su lugar y lo defiende, no se parece a nada, ni a nadie, su voz es intachable, firme, rotunda, contundente, su reflexión la más lúcida y voraz, su palabra la que muerde desde dentro y no te abandona jamás. Leer, en algunas ocasiones, es atreverse a hacerlo.
BELÉN CASTELLANOS
Cuerpos comulgados
ENDYMION, 116 PÁGINAS, 14
