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Dietario

El orden del discurso

´Frente a mí´ es un ejercicio de humildad y de introspección, una entrada en la caverna del sufrimiento. A través de él, de su experiencia directay no transferida por los demás, Gustavo Catalán alcanza lo que toda escritura aspira: comunicar una verdad que estimule y conmueva al lector

Gustavo Catalán, autor de ´Frente a mí´. MIQUEL MASSUTÍ

"Conocer el paraje no procura tranquilidad cuando es uno mismo quien lo transita". Así es. Puede ser lo contrario: que inquiete más. Pues de repente el punto de vista cambia y lo que antes se veía como algo que les pasaba a los otros, es decir, que otros, los pacientes, eran obligados por la enfermedad, siempre azarosa e injusta, a tirar del carro de su cuerpo y alma y subir esa cuesta dolorosa llena de curvas ceñidas y acantilados a pico, ahora le pasa al médico, que por fin se enfrenta de veras a la verdad de la máxima hipocrática: "Médico, conócete a ti mismo".

El método empleado puede ser discutible. Haciendo uso de un diario de guerra, el que empezó el día que supo que todo apuntaba a un tumor maligno, el escritor oncólogo se va mirando en el espejo para descubrir los cambios que esa pesadumbre van produciendo en su cuerpo y en su ánimo. Utiliza la palabra inspirada y razonada como luz para ver algunas sombras en la caverna en la que acaba de penetrar. Describe los meandros de sus pensamientos y la montaña rusa hospitalaria en la que se ha subido confundido, como si de pronto algún absurdo error ha hecho que unas enfermeras atolondradas le hayan tomado por quien no es y nunca ha sido. Ya no importa si "la enfermedad se originaría por falta de sincronía entre nuestro cuerpo y el orden universal", lo cual es tan posible como que la ruleta de una divinidad juguetona ha caído precisamente en tu casilla y la de miles más en todo el mundo. Ya no importa si la autosuficiencia facultativa le ha llevado adonde está ahora. Lo que le concierne es andar ese paraje lleno de pruebas con las únicas muletas que su experiencia humana le ha procurado: la palabra y la escritura. Lo que Michel Foucault denominaba "el orden del discurso". Ese orden que pone concierto a la experiencia espiritual es lo que nos interesa aquí. Pues las reflexiones técnicas sobre la medicina y los artículos que se intercalan en el libro interesan mucho menos y podrían haber sido limados.

Catalán describe estados de ánimo, humillaciones, dolores y pánicos que al ser convertidos en literatura adquieren un sentido diferente, entran en una suerte de orden moral. En el fondo, la única literatura que conocemos es la del sufrimiento. ¿Acaso Shakespeare dedicó una sola pieza dramática, un solitario soneto a la felicidad, a la armonía, a la paz? ¿Se le ocurrió a Dante darnos un cielo sostenible donde vivir de sublimes rimas? ¿Pudo Cervantes concebir la salud y la justicia como mimbres de una verdadera historia humana? Frente a mí es un libro escrito menos al modo de catarsis que para aviso de navegantes, botella arrojada al mar para dejar constancia una vez más de una verdad universal, en la literatura y en la vida: no hay nada malo o anómalo en el sufrimiento. No es la mala suerte que nos ha tocado: al contrario, es uno de los caminos, quizá el único verdadero, que nos hace despertar. Que despierta la conciencia a la verdad del contenido de la vida y la ilumina.

Este aspecto está muy bien reflejado en el capítulo que Catalán dedica a un escritor que comprendió muy bien esto: Avelino Hernández. Y el libro se convierte al final, dentro de su mismo orden como discurso literario, en una original "realidad memorable", dado que el autor felizmente sobrevive al mal y continúa su camino por un paraje que ahora conoce mejor.

J. GUSTAVO CATALÁN

Frente a mí

HUERGA Y FIERRO, 137 PÁGINAS, 14 €

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