Michel Onfray (1959, Argentan, Normandía) es un escritor conocido por su gran ferocidad contra el pensamiento idealista. En 2002, harto de las enseñanzas oficiales, decidió crear la Universidad Popular de Caen donde viene enseñando, de manera totalmente voluntaria y gratuita, una historia de la filosofía alternativa que reivindica a Diógenes de Sinope. Siguiendo las enseñanzas del Cínico, se propuso inquietar a quienes gozan con las certezas, a quienes creen que piensan, a quienes repiten como loros "las órdenes lanzadas por una sarta de cretinos formadores de opinión". Y aceptó colaborar en el periódico satírico semanal Siné Hebdo con publicaciones breves durante un año. Todos esos artículos fueron recogidos en Filosofar como un perro (editado en francés el año 2010).

No sé si les atrapan los recopilatorios de crónicas: obedecen a una época concreta que suelen perder calor con el tiempo, y sus extensiones limitadas tratan demasiados temas como para poder saborearlos en profundidad. En el libro que comentamos, las noticias referentes a momentos específicos de la Francia de Sarkozy resultan demasiado contextualizadas, y carecen de atracción suficiente fuera de sus fronteras. Por otra parte, no le veo sentido a la división del texto en tres apartados que no delimitan ninguna estructura especifica. Además, a este pensador irreverente le falta rigor y calado en algunos de sus análisis políticos y económicos: ¿se puede afirmar hoy dia que "el euro acelera la muerte del Estado-nación"?

Sin embargo, confieso mi simpatía por este incómodo filosofo; por sus ataques a las religiones (Del derecho al ateísmo, Alá es (demasiado) grande, El olor a sangre de los monoteísmos); por sus criticas a "la derecha" (El trabajo libera), a Sartre, al Ulises de Joyce ("un mamotreto intragable"), a "intelectualoides franceses" liberales, al capitalismo, a los nacionalismos; por sus alabanzas al servicio publico, a la risa, a la amistad, a Camus (El gran Albert), a Holloway (Revolucionar la revolución), a Proudhon€

De claro carácter post-anarquista, rebelde intempestivo, ateo, Onfray apoya la unión de la izquierda antiliberal para tomar el poder en todos los escalones sociales; siente indignación por".la miseria en la que viven millones de personas todos los dias"; aboga por la coherencia entre lo que se proclama y lo que se es; defiende una vida filosófica bajo el signo del cinismo. Este libertario procura, en definitiva, "desnudar nuestras quimeras" !Y no cesa en el intento!