O sea fútbol, tal como suena, pero en griego, o si lo prefieren, "piebalón" o "balompié", aunque a mi me suene a aquello del Betis aunque pierda. El fútbol que nos tiene hipnotizados permanentemente, entre ligas y champions, con un zenit puntual en estos cuatrienales episodios mundiales. El otro opio del pueblo que ahora nos transmite en directo Rusia, la nueva y orgullosa Rusia del Zar Putin, muy lejos ya del credo de Karl Marx.

Llevo ya un mes en Grecia, en el agua ya desde principios de Junio, en el Jónico, de isla en isla, y me había preparado a conciencia para tratar de explicar las reformas de Macron a mis amigos locales. Unos amigos con el corazón escorado, o mejor, anclado en la izquierda; algunos paleo comunistas - y lo digo con todos los respetos- para quienes la política liberal del presidente francés se asemeja más a la dictadura del capital que a otra cosa. No entienden el discurso de las profundas reformas estructurales necesarias para construir un país más competitivo. También, y cambiando de registro, me había trabajado el complejo y delicado tema del "prusés" para intentar explicar lo inexplicable. Pero nada, ni una pregunta, curiosidad cero, los asuntos políticos, tan apasionantes en general para los griegos, han pasado a un segundo plano cuando el balón, la esfera, ha empezado a rodar. Ni siquiera el mutis por el foro de Rajoy, y la entrada de Sánchez en la Moncloa, han suscitado el más mínimo comentario. Afortunadamente para mi, ya que me hubieran pillado en fuera de juego.

De Francia solo querían saber, desentendiéndose de la interminable huelga de los "cheminots ", si Griezmann seguiría en el Atleti, o si finalmente Benzema volvería a ser convocado por Deschamps. O hasta si Neymar se quedaría en el PSG después del Mundial o había ya firmado por el Madrid. Lo de Lopetegui, el rifirrafe con Rubiales, la incorporación de Hierro, todo el culebrón, me pilló también a contrapié, ya in situ y con la información que iba saliendo en prensa, vía internet, y sin anecdotario, sin noticias frescas para salpimentar el vodevil. O sea, que he quedado fatal, no me ha salvado ni la web de l´Equipe, a pesar de mis continuas visitas para intentar dar con una new sorprendente. Ellos llevaban meses preparando el Mundial, barajando alineaciones y especulando con los pronósticos y eso que Grecia ni siquiera se clasificó, eliminada en la repesca por Croacia. A falta de team nacional ahora muchos apuestan, apoyan a la Roja, la preferida entre las selecciones europeas. Aunque mirando como siempre con simpatía a los equipos latinoamericanos, Argentina, Uruguay, y evidentemente Brasil. La victoria de México frente a Alemania hace una semana se celebró como una fiesta local. Los pocos turistas germanos presentes en este rincón del Jónico no entendían nada, y un tanto avergonzados se fueron a dormir pronto mientras los griegos seguían de parranda con inocentes cánticos anti Merkel.

Y hablando de fiestas, no me queda otra que desearles un buen domingo de San Juan. En el momento de escribir estas líneas aun no sé si el tradicional "Panegiri", la verbena en honor del santo patrón de la diminuta Kastos se celebrará, o no, con orquesta. Pasé hace unos días por la isla, y a pesar de lo afirmado por los colegas de Frikes y Kioni, en Itaca, - que me confirmaron asistencia asegurándome que habría de nuevo baile y música por todo lo alto - los "kastiotas", los anfitriones, no lo tenían tan claro. Se hablaba de un solo músico, un clarinetista, un solista, acompañado de un teclado con percusión y música enlatada a modo de orquesta. En un mes les contaré. Feliz San Juan y buen verano!