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La almendra, del esplendor a la incertidumbre

Memorias de la cocina

La almendra, del esplendor a la incertidumbre

Desde siglos atrás los almendros dan color y carácter al paisaje de la isla y su fruto, la almendra, es utilizada en nuestra cocina para la elaboración de turrones y otros dulces navideños, galletas, helados, horchatas, leche vegetal e incluso picadillos y rellenos. La almendra había llegado a la isla hace miles de años, posiblemente de la mano de los romanos, aunque pudieron ser igualmente fenicios o griegos, conocedores de sus propiedades nutritivas.

En la Edad Media se incluían las almendras en los menús palatinos, porque existía la creencia que favorecían la digestión. Anteriormente formaban parte de la dieta, musulmana junto con otros frutos secos, como las avellanas, nueces o higos; todos ellos, se caracterizan por aportar abundantes nutrientes, especialmente importantes durante la época invernal.

Pese a que en Mallorca este árbol era conocido y su fruto utilizado, no tuvo una implantación importante hasta el siglo XIX y primeras décadas del XX, tras la promoción de siembra masiva a instancias de la Sociedad de Amigos del País.

Dos siglos atrás algunos monjes franciscanos que evangelizaban la costa oeste americana, introdujeron su cultivo en aquellas tierras. Hoy, con diferencia, son las mayores productoras del mundo. Por contra, en la isla, pueden verse almendros en total abandono, con el fruto pendiente de recoger o atacados sin remisión por la xylella.

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