Ser daltónico es una lata. Se trata de una discapacidad poco entendida. Por ejemplo, cuando estás ligando no adviertes si ella se ha puesto colorada o no, y esta falta de información puede hacerte desaprovechar oportunidades; los semáforos, rojos o verdes, parecen pensados para fastidiar a los daltónicos, ¿no podrían ser amarillos o azules?; igual pasa con los cargadores de montones de cosas, que cambian de rojo a verde, según, ¿y a mí quién me cuenta cuándo está verde y cuándo rojo? En el ámbito político la cosa también se las trae. A veces quiero poner verde a M.Rajoy y resulta que lo estoy poniendo rojo, o Pablo Iglesias se pone tan rojo que dan ganas de ponerlo verde y no sabes. Eso sí, con los rojos de opereta de aquí no hay problema, son todos azules.
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Los puntos sobre las uves