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Fiestas en paz

Por unas navidades sin discusiones familiares

La cena de Nochebuena y la comida de Navidad son propicias a desencadenar trifulcas familiares. Un juego inventado por una ´coaching´, da las pautas para evitarlas y tener una celebración feliz

Por unas navidades sin discusiones familiares

Cena de Nochebuena y comida de Navidad: en la mesa familiar se sientan padres, hijos e hijas, yernos y nueras, cuñados y cuñadas y nietos. Todo esta preparado. Las horas previas se han ido en que la reunión pueda discurrir apacible y alegremente, como demandan los cánones navideños. Solo que casi nunca sucede: las discusiones en la mesa no pueden ser soslayadas. Siempre hay alguien, un cuñado, una nuera, mal avenidos, que precipitan el desastre: una palabra dicha a destiempo,en un tono juzgado poco amigable, y la tertulia deviene en conflicto. La política suele ser uno de los asuntos que más controversia originan. El mito de la alegre cena de Nochebuena familiar o la igualmente comida de Navidad es muchas veces exactamente eso: un mito. No hay paz y concordia, sino discusión y acritud.

Para tratar de conjurar el inevitable mal rollo, con el propósito de que la reunión familiar no acabe en ruina familiar, la coaching Patricia Guzmán, una licenciada en Derecho de 45 años, que hasta 2014 dirigió el departamento de Recursos Humanos de una gran empresa textil, donde asistió a las "devastadoras" consecuencias de la crisis económica, autora del Método Ancla, sistema que trata de incentivar la motivación y el amor propio, ha creado un juego basado en la realización de lo que denomina "preguntas poderosas" con las que evitar que las reuniones familiares en Navidad acaben como el rosario de la aurora, en enfrentamientos irreversibles, con rupturas entre padres e hijos por problemas relacionados con la pareja o la familia política.

Suegros, yernos, suegras, nueras

Dice Patricia que las comidas familiares en las que se reencuentran parientes que hace mucho tiempo que no se ven son el "perfecto caldo de cultivo" para generar discusiones y enfrentamientos que pueden derivar en rupturas definitivas del núcleo familiar si no se paran a tiempo. El juego consiste en plantear preguntas que necesariamente obligan a pensar detenidamente la respuesta, a reflexionar, puesto que no se pueden responder mecánicamente. Si en la mesa navideña esas preguntas se plantean, se evita que una conversación trivial acabe degenerando en un conflicto irresoluble. "Al contrario de lo que se dice -precisa Patricia- la cena de Nochebuena y la comida de Navidad son inevitablemente un foco de tensión, una fuente de conflictos que es necesario soslayar, y eso se consigue buscando deseos comunes, planteando preguntas que requieren una pausa y meditar detenidamente la respuesta como, por ejemplo, cuál ha sido la persona más interesante con la que te has topado a lo largo del año".

Un estudio realizado por el Centro de Investigación Familiar de la Universidad de Cambridge inciden en que la Navidad es la época del año en la que se originan más discusiones familiares y rupturas definitivas entre diversos parientes. Los conflictos entre suegros y yernos, suegras y nueras son muy frecuentes, al igual que entre cuñados, y la mayor parte de las rupturas suceden cuando alguno de los implicados tiene unos 30 años. En un 25 por ciento de los casos, la ruptura de la relación entre hijos varones y padres es el resultado de problemas relacionados con su familia política o pareja.

Básicamente los conflictos se plantean con los "políticos" de la familia: nueras, yernos, cuñados, los que Patricia denomina "satélites", puesto que, precisa, "tu propia familia no te juzga, puede estar en desacuerdo con lo que dices, pero no te juzga". "Es con los políticos -prosigue-, que además no conocemos, con los que se crean los conflictos, aunque la mayor parte de las veces no haya mala intención, sino poca habilidad cuando en la mesa se plantean los temas de diálogo".

La razón por la que las reuniones navideñas acaban en fiasco obedece, según Patricia, a que se generan "excesivas expectativas", derivadas de la imagen que de la cena de Nochebuena o la comida de Navidad ofrecen las películas almibaradas que machaconamente emiten las cadenas de televisión; es entonces, en ese ambiente artificialmente creado, cuando estallan los conflictos. El juego creado por Patricia Guzmán sirve para proponer otra clase de conversación, para evitar que se deslice hacia terrenos peligrosos, entre ellos el de la política, que generalmente provoca encontronazos graves.

Pero la relación que suele ser más conflictiva, la que más chispas provoca, muchas veces no guarda relación con los sucesos políticos, ya que es la que se estima más tópica: la de la suegra y la nuera. Si no existe una relación inteligente entre ambas la fricción está garantizada y en la cena de Nochebuena, en la comidad de Navidad, el encontronazo es inevitable provocando que la reunión familiar sea un completo fracaso.

El juego de coaching no requiere más que lápiz y papel. Los participantes preparan una lista con las preguntas numeradas y papeles con cada número. Por turnos cada concursante coge un papel y, según el número que le haya tocado, lee y contesta a la pregunta correspondiente de la lista. Entre las cuestiones que Patricia recomienda formular se encuentran las de ¿Qué has hecho este año que no hayas hecho nunca antes? ¿Cuál ha sido la persona más interesante que has coincidido este año y qué has aprendido de ella? ¿Cuál ha sido tu mayor error y qué has aprendido de él? ¿Qué podrías hacer que no estés haciendo para llevar un estilo de vida más saludable?

En el juego no hay ganadores ni perdedores: "todos ganan al tener una oportunidad de pararse a pensar con un enfoque de autoconocimiento y de crecimiento personal, enriqueciendo unas reuniones que giran a veces solo sobre comida y bebida y evitando de forma constructiva la generación de discusiones dañinas", asegura Patricia.

El foco principal

Pero, sin duda, reconoce Patricia, el foco principal de conflicto es el que conforman suegra y nuera; ahí es donde más peligro existe, puesto que un serio encontronazo entre ambas puede arruinar para siempre la armonía familiar y las celebraciones navideñas constituyen el escenario perfecto para que se produzcan. Por ello, el juego que ha ideado es una válvula de escape que evita que el "choque" se haga inevitable sentada la familia ne la mesa, momento en el que es prácticamente imposible evitar la fricción, susceptible de generarse en cualquier momento. Las "preguntas poderosas" que contiene el juego, hacen que lo que parecía inevitable, se detenga, puesto que al plantearlas, se corta en seco la discusión, la animadversión lantente que se estaba materializando. Patricia Guzmán ironiza afirmando que las relaciones entre suegras y nueras se han de conllevar, que hay que sortear la posibilidad de un "ataque frontal".

La coaching asegura que el juego ha sido probado en comidas y cenas familiares con resultado muy positivo. "Se han evitado conflictos que estaban a punto de estallar, ha conseguido evitarlos y que la velada transcurriera de forma positiva y sin enfrentamientos; además, los que han participado han comprobado que las preguntas les hacían reflexionar sobre muchos aspectos de su vida", concluye.

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