-Doña Montserrat
-No sé cómo le hago caso a usted. Yo, que no se lo hago ni a los jueces.
-Es verdad. ¿Por qué no se presenta usted cuando la cita el juez, como hacemos el resto de los mortales?
-Usted lo ha dicho. Porque yo soy inmortal. Mis interpretaciones, mi arte, quedará en la memoria para siempre. Lo que usted escribe no se queda ni diez minutos, y no voy a hacer mención de lo que canta, por llamarlo de alguna manera, para no hacer más sangre. ¿Entiende la diferencia?
-O sea, que se siente usted inmune...
-Inmune e impune.
-Pues ya me explicará.
-Si advenedizos como Jordi Pujol y su familia llena de horteras arrastran el nombre de Andorra por el suelo y no les pasa absolutamente nada, no entiendo por qué tengo yo que dar explicaciones. Yo, que soy una andorrana cabal.
-Pero si usted nunca ha vivido en Andorra...
-Yo, querido, vivo y viviré en el recuerdo de la gente que me admira, que es una multitud.
-Dice su abogado que ya no confía en usted...
-A saber qué problemas de conciencia tendrá. Yo que soy y he sido toda la vida la bondad personificada.
-Él dice que ha perdido el diálogo con usted...
-Un error. Yo no dialogo, yo canto.
-Eso de dejar al juez plantado...
-Mire, ese juez, si quiere verme, que vaya al teatro como todo el mundo. ¿No dicen que son ustedes iguales ante la Ley?
-Hombre, es que ir a ver al juez cuando éste le llama es obligatorio...
-Ya. No es obligatorio ni ir a escucharme a mí „que debería serlo„, y ahora me cuenta usted que sí lo es ir a ver a un juez. ¿Pero qué se han creído?
-Ahora que estamos en época de declarar la renta...
-¿Ahora? ¿Otra vez?
-Bueno, hay que hacerlo cada año...
-Nadie me había dicho nada. Claro, por eso me han empurado. ¿Cómo iba a hacer una cosa que no sabía que había que hacer? ¿Está usted seguro de que es obligatorio hacerla?
-Completamente.
-¿Aunque seas Montserrat Caballé? Es completamente injusto. Está fuera de lugar.
-Precisamente usted debería ser un ejemplo.
-No lo dude. Soy un ejemplo para los andorranos.
-Hablemos de su profesión. Parece que la número uno ahora es Anna Netrebko...
-Un bluff. ¿Cuándo ha visto usted una soprano que esté como un cañón? No tiene ningún futuro.