"Hacerlo mejor era difícil pero creo que lo hemos logrado". Así de contudente se mostraron ayer intérpretes, coreógrafos y directores en la presentación de Jazztic, espectáculo musical pionero en su día en la isla y que regresa al Auditòrium de Palma con un nuevo enfoque: rendir homenaje al ambiente de los primeros clubes de jazz surgidos en Estados Unidos.

Estrenado en 2007, este montaje, compuesto por nueve músicos y catorce bailarines, recrea sobre el escenario una fusión entre el ballet clásico, el hip hop, el breakdance y la acrobacia. "Lo que hemos pretendido es que la música, además de sentirse, se vea", explica la coreógrafa Berveley Spencer. "La obra no gira en torno a ninguna historia en general. Simplemente hilamos los bailes a través de un único requisito: el jazz como expresión corporal", añade Mercedes Ruiz de Peralta, productora.

Con una escenografía más cuidada y una fotografía a cargo de nuevo de Nando Esteva, una d elas novedades radica en la introducción de tres piezas de vestuario que, además de la de José Miró, lleva la firma de Natalia Bañón. "El blanco, el negro y los brillantes recrean ese ambiente de humos de estos locales en los que nos inspiramos".

Desde su estreno en mayo de 2007 en el Auditòrium, Jazztic ha visitado distintas ciudades españolas, entre ellas, Madrid, Valladolid y la vecina Eivissa. Ahora el equipo afronta nueva etapa con la esperanza de repetir mismo éxito.