"Ante la crueldad de que, mientras hay gente que suplica por un paquete de arroz con el que pasar la semana, otros dediquen 300.000 euros a la inauguración del centro Joan Crespí, o te apuntas a un grupo terrorista, u optas por la ironía y la ternura", decía ayer el cura Jaume Santandreu. Álex Fito ha optado por la segunda opción. El dibujante mallorquín presentó el cómic Cristóbal Nazareto, inspirado en el párroco, pero sobretodo en Can Gazà, donde hizo objeción de conciencia.

El libro, que comenzó a gestarse una década atrás y no se ha acabado hasta ahora "porque es uno de los cómics que no se hacen por dinero", conjuga el estilo amable habitual en Fito, visiblemente emocionado durante su presentación en la feria Còmic Nostrum, que concluye hoy, con las historias más brutales. "No es un cómic para niños, pero si tuviera uno se lo leería y le explicaría lo que cuenta", señaló el dibujante, quien asegura que recoge, de toda su infancia, "la parte más oscura".

Los protagonistas son niños, y sus historias "te dejan cautivado y con ganas de querer", aseguró Santandreu, que sumó ayer a la retahíla de calificativos para la comunidad terapéutica de Can Gazà el de "orfanato para adultos".