El politólogo italiano Giovanni Sartori (Florencia, 1924), que recogerá hoy en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, advirtió ayer de la "agresividad" del nuevo Papa, Benedicto XVI, y defendió que se mantenga "la tradicional separación entre Estado e Iglesia".

Sartori, considerado uno de los más prestigiosos especialistas en ciencia política de Italia, reconoció que Occidente tiene "raíces cristianas", pero rechazó que estos principios se incluyan en la Constitución Europea como se ha planteado desde algunos ámbitos.

"La Iglesia Católica, a lo largo de los siglos, no ha sido un monumento de libertad y civilización y las actuales sociedades liberales y democráticas no son el resultado de la doctrina y de la experiencia de la Iglesia, sino de un mundo laico, que rechazó su intromisión y separó las esferas del César y de Dios", indicó.

Sartori añadió que los actuales sistemas éticos y políticos "son más protestantes que católicos y están basados en la voluntad del pueblo, que no de Dios".

"No era partidario de incluir las raíces religiosas en la Constitución Europea porque no es correcto históricamente y es peligroso colocar en un documento jurídico principios religiosos, porque luego ya no se sabe dónde termina la cosa", explicó el profesor italiano, para quien "lo mejor es que el texto haya quedado como está, sin ceder ante las presiones del Papado".

A su juicio, Italia "tiene la desgracia de tener el Vaticano en casa" y advirtió de que se está produciendo una "reconquista" desde la religión porque la política en su país "tiende a ceder ante la Iglesia".