El yacimiento de Son Matge, testigo de toda la secuencia estratigráfica de la prehistoria de Mallorca, ha quedado sepultado por un desprendimiento de toneladas de piedras que se produjo el pasado miércoles.

Situado en Valldemossa, a la altura del kilómetro 14 de la carretera que une Palma con este pueblo de la Tramuntana, este yacimiento está considerado como un libro en el que puede leerse la prehistoria mallorquina, "toda una referencia" para comprender este periodo de la historia, apuntó ayer el arqueólogo Josep Ensenyat.

Jaume Cardell, arqueólogo adscrito al equipo de Patrimonio Histórico del Consell, explicó ayer a este diario que a la espera del informe que se elaborará a partir del próximo lunes, la inspección ocular ha revelado que el yacimiento se ha visto gravemente afectado.

Ensenyat, que en 1999 trabajó en este yacimiento junto a William Waldren, su descubridor, en 1968, señaló que el de Son Matge era el único enclave de Mallorca "con una ocupación continua desde el asentamiento inicial de la isla hasta el período romano", un espejo de la prehistoria que "contenía estratigrafía completa bien datada con carbono 14".

"Por que he podido averiguar, el derrumbe ha afectado a la parte occidental del abrigo rocoso, una zona que sólo tenía ocupación talayótica. La parte oriental es la más importante, donde está la secuencia completa de la historia de Balears y en la que todavía hay depósitos arqueológicos", añadió Ensenyat, quien tenía previsto volver a trabajar en él este mismo año junto a Víctor Guerrero, de la Universitat de les Illes Balears.

En los años 60, William Waldren practicó en Son Matge unas excavaciones que arrojaron a la luz muestras de ocupación humana desde los primeros pobladores del neolítico hasta el establecimiento de la cultura talayótica. En los niveles inferiores se encontraron coprolitos, huesos y cuernos de Myotragus Balearicus, el antilopino autóctono del archipiélago.