En la Guerra Fría, el rompehielos Ice Lady Patagonia patrullaba las accidentadas aguas del Mar del Norte. Entonces, bajo el nombre de Uisko, formaba parte de la Armada noruega y su misión era evitar que los submarinos soviéticos espiasen las maniobras navales de las flotas de la OTAN.

Hace tres años, la Asociación de Exploración Científica Austral lo adquirió. Desde entonces, sus cometidos se han centrado en servir de base para la investigación. El pasado martes, el Ice Lady Patagonia echó el ancla en Mallorca, en la misma bocana de Puerto Portals, dentro de un programa de visitas en España y Portugal, con el objetivo de dar a conocer las riquezas naturales y el patrimonio histórico de la Antártida y de la Argentina Austral.

El buque ha llevado a cabo diversas misiones de investigación durante 2002 y 2003 en la Isla de los Estados (un territorio un poco más pequeño que Eivissa, situado al este de Tierra del Fuego) y en la Antártida. Restauró el conocido como Faro del Fin del Mundo (Isla de los Estados), estudió los restos de diversos balleneros hundidos en el continente helado y rastreó las huellas de submarinos nazis. El barco, por muchas razones un verdadero museo flotante e itinerante, se queda hasta hoy en Mallorca, para reemprender luego un viaje que le llevará primero a Lisboa y por último, a Bilbao.

La Asociación de Exploración Científica Austral es una asociación sin ánimo de lucro que mantiene el barco como hogar y base de científicos y estudiosos interesados en desarrollar su trabajo en la Patagonia y la Antártida. La inscripción sólo está limitada por la capacidad del navío y cuesta unos 3.000 dólares (dejando de lado el coste de la estancia).

La tripulación del barco, cuando sale de expedición, consiste en una treintena de estudiosos, que además de investigar, deben aprender a hacer de marineros en el pequeño y claustrofóbico espacio de este antiguo guardacostas.

El presidente de la asociación, Jorge May, señala que la Antártida tiene el encanto para el investigador de "ser el único continente aún por descubrir. No hay lugar tan virgen ni más lugares en el mundo donde uno puede llegar y sentirse protagonista como allí". Él se reconoce un enamorado del sexto continente: "es un lugar de ensueño".

La entidad cuenta entre sus misiones promover el turismo cultural en esas regiones, como una forma más de dar a conocer sus valores. De hecho, uno de sus futuros encargos es el de elaborar un estudio sobre los límites del uso turístico de la Isla de los Estados. En todo caso, May se declara partidario de las visitas turísticas a estos remotos parajes: "Es una ventaja para la Antártida que haya un turismo controlado. No estoy a favor de cerrar un continente sólo a visitas de científicos o dejar que venga cualquiera, sin preocuparse de si contaminan o no". De hecho, 300.000 personas al año caen bajo la seducción del turismo helado. La mayor parte salen del puerto argentino de Ushuaia.

El Ice Lady Patagonia ha investigado los restos de navíos hundidos y abandonados en la accidentada costa de Tierra del Fuego, Patagonia y las aguas antárticas. De hecho, existen 12.000 buques perdidos y sin catalogar. Para May, "investigarlos es reconstruir la historia", en lugares donde esa historia no está, ni mucho menos, contada.

Dentro de este ánimo divulgativo, una de las estancias del rompehielos ha sido utilizada para albergar una exposición de los lugares que ha visitado, con los restos de un antiguo arpón, con punta explosiva, utilizado para la caza de la ballena azul. La misión científica del Ice Lady Patagonia se completa con una exposición de arte, en el que se muestran montajes digitales, fotografías y pinturas.