El BMW X1 es uno de esos coches que tras probarlos te pones a hacer números para ver si te lo puedes comprar. En una intensa semana de pruebas nos fue imposible sacarle un ´pero´.

Su diseño exterior mejoró notablemente en su última evolución y el habitáculo hizo lo propio, transmitiendo ahora más que nunca una sensación de calidad extraordinaria y un gran confort para cinco ocupantes. Las dos plazas delanteras son amplias y recogen bien el cuerpo, algo vital teniendo en cuenta las capacidades dinámicas de este modelo. En la parte trasera hay espacio para tres ocupantes, con dos grandes plazas en los extremos y una central independiente, también de generosas dimensiones.

Al contrario de lo que pueda parecer, estas no restan nada de espacio a su gran maletero de 505 litros, sino más bien todo lo contrario, ya que al poder desplazarse longitudinalmente de forma individual, erguir sus respaldos e incluso plegarse de forma automática y mecánica, pueden ampliar esta cifra hasta los 1.550 litros.

Si el diseño, el confort y la funcionalidad de carga del X1 nos había gustado, su comportamiento directamente nos enamoró. La unidad de pruebas -X1 sDrive18d Automático- montaba el motor diésel del 150 cv, ligado a un cambio automático de 8 velocidades. El comportamiento de este propulsor es sencillamente perfecto en los tres modos de actuación que ofrece: Eco pro, Comfort y Sport.

El primero saca a relucir su gran eficiencia. Con un comportamiento sosegado -pero para nada perezoso- en el que destaca la suavidad de respuesta y su baja rumorosidad, el X1 es capaz de alcanzar cifras de consumo extraordinarias para su rendimiento. El ´álter ego´ de este modo es el Sport, en el que el motor responde con más brío a la acción del acelerador, la dirección se endurece y la caja de cambios apura más las marchas, para exprimir al máximo las altísimas prestaciones del X1. Muy pocos SUV son capaces de ofrecer un dinamismo similar al de este BMW, que a un motor sobresaliente suma uno de los chasis con mejor puesta a punto del mercado.

Estamos hablando por tantpo del coche ´total´: suave y agradable de manejar por ciudad, estable seguro, placentero y capaz en largos desplazamientos, e inigualablemente deportivo en carretera.