Mallorca es única, así que cuando nos propusimos descubrir las más bellas y recónditas carreteras de la isla, había que elegir un coche que también fuera único y, a ser posible, lo más respetuoso posible con el entorno en el que se iba a mover durante semanas, meses, y recorrer los impresionantes parajes mallorquines. Siguiendo esa lógica había que buscar un coche confortable, ágil, con capacidad para transportar cómodamente a una familia y con la menor emisión de Co2 que fuera posible. Y puesto que había que elegir un coche poco contaminante, ¿por qué no elegir uno que no contaminara nada al circular?

Así fue como terminamos en el Renault Zoe, en su nueva versión R240, un vehículo que cumple con creces todos los requisitos necesarios para la nueva aventura de DiarioDMotor: las ecoRutas.

La idea no es nueva: recorrer Mallorca descubriendo -o redescubriendo- sus playas, sus calas, sus pueblos y sus gentes. Pero especialmente sus carreteras.

Lo que sí será nuevo es la forma en la que lo haremos: con un vehículo capaz de circular sin emitir un solo gramo de dióxido de carbono a la atmósfera y que se siente más cómodo en las sinuosas y divertidas carreteras comarcales que en las rápidas y aburridas autovías.

Es por este motivo que las ecoRutas que iremos publicando mensualmente tendrán dos protagonistas principales: el Renault Zoe y el incomparable entorno mallorquín.

Un complejo coche sencillo

Pero, ¿cómo es el Renault Zoe? Lo primero que descubres cuando te aproximas a él es que te encuentras ante un vehículo fabricado con mimo. Su diseño exterior te impacta: es simple pero a la vez bonito. Muy bonito. Su estilo y sus curvas exteriores -claramente inspiradas en la naturaleza- denotan que estamos ante un nuevo concepto de vehículo, ante la reinvención de la movilidad.

La armonía del conjunto hace que cuando abres por primera vez la puerta y te sientas en él enseguida te des cuenta que la belleza exterior es tan solo una parte del todo. La sencillez en las líneas y las formas exteriores se trasladan a un interior casi espartano pero muy cómodo que contrasta con la más avanzada y compleja tecnología de sus entrañas.

Pulsas el botón de encendido, y las pantallas digitales tanto del salpicadero como del cuadro de mandos te golpean con una calidad de imagen más propias del último smartphone salido al mercado.

Si la información es poder, el Renault Zoe es un coche muy poderoso. Desde sus pantallas uno tiene bajo control todos los parámetros tanto interiores como exteriores necesarios para disfrutar de una conducción diferente a todo lo visto hasta ahora. Y es que conducir un coche eléctrico nada tiene que ver con llevar uno de gasolina. El coche eléctrico es suave, es ágil, pero sobre todo es silencioso.

Cambiando el chip

A medida que las distancias van cayendo en el cuentakilómetros, vas dándote cuenta de que necesitas cambiar tu estilo de conducir. Hay que cambiar el chip. El inagotable combustible fósil en cualquier otro vehículo es en uno eléctrico un preciado bien. Poco a poco descubres que debes conducir de forma sosegada, tranquila, evitando los acelerones y aprovechando cada rotonda y cada cruce para generar energía de forma gratuita. Pero si necesitas potencia, el Renault Zoe tiene más que suficiente. Su generoso par motor permite acelerar en casos de emergencia como si estuvieras a los mandos de un bólido. Ventajas del sistema eléctrico.

Y si lo que necesitas es tranquilidad, el silencio que envuelve la conducción de un coche eléctrico te arropa suavemente para que circular por nuestra isla sea más placentero que nunca.

El Renault Zoe R240 tiene una autonomía aproximada de 115 kilómetros reales que, en función de la pericia a la hora de conducir, se pueden convertir en algunos más. Es imperativo cambiar el chip en cómo nos tomamos la conducción diaria. Se acabaron los acelerones, los frenazos, la frenética conducción del estresante día a día. El pausado estilo de vida mallorquín, el slow life, tiene ahora su equivalente cuando nos sentamos en el coche: la conducción pausada y tranquila. Es el slow drive.

Ahora lo importante no es llegar antes o por el camino más corto. Lo que importa es disfrutar de la más sinuosa de las carreteras mientras tardas un poco más de tiempo pero descubres nuevos lugares. Pueblos de los que siempre has oído hablar pero nunca has visitado, o los restaurantes de las carreteras secundarias alejados del bullicio de las autopistas hacen que conducir se convierta en una aventura diaria. Y muy económica.

Tras los primeros días con el Renault Zoe hemos concluido que el coste aproximado en electricidad -con impuestos y la parte proporcional de las cuotas fijas- es de unos 2,5 € cada cien kilómetros.

Y aunque las comparaciones son odiosas, es imperativo realizarlas en este caso. Tomando como ejemplo el consumo real de un coche de la misma marca y de similar categoría, un Clio 1.2 TCe, esos mismos 100 kilómetros costarían entre 8,20 y 9,10 € dependiendo del tipo de combustible y de la conducción.

¿Bueno, bonito y barato? Además, el Renault Zoe R240 es ecológico.

*A lo largo de los próximos meses descubriremos algunos de los más idílicos lugares de nuestra isla de la mano del Renault Zoe. Evitando las autovías, y aprovechando siempre las más bellas carreteras comarcales que Mallorca nos ofrece, visitaremos pueblos, playas, calas y sitios singulares que a menudo pasan desapercibidos. Es la hora del slow drive...