Acostumbrado como está cada vez más a prescindir de cables en su relación con las máquinas, es normal que cuando un usuario se plantea comprar un sistema de sonido nuevo piense en evitarse el máximo de hilos antiestéticos, incómodos y limitadores.

Por otro lado, el avance de los sistemas inalámbricos ha multiplicado las opciones y abaratado costes, y ya son muchos los fabricantes que ofrecen altavoces, barras de sonido, amplificadores, bases de conexión y otros elementos complementarios libres de conectores.

Los sistemas más usados en la actualidad son NFC (siglas en inglés de comunicación de campo cercano), bluetooth y wifi. Cada uno tiene unas virtudes, pero el último ofrece gran versatilidad de uso y calidad de sonido, por lo que es el que adoptan los fabricantes de equipos de alta gama.

En síntesis, se trata de conectar todos los elementos implicados en la reproducción de sonido a una red wifi que puede ser la doméstica (o de la empresa) o bien otra independiente creada para ese uso.

Una red wifi proporciona un ancho de banda amplio que permite enviar gran cantidad de información con mucha fiabilidad, lo que facilita usar archivos de sonido con poca compresión y mucho peso, que se acercan a la alta fidelidad, y que se transmiten por streaming -se oyen a la vez que se reciben y no se almacenan en el reproductor-.

Además, los fabricantes facilitan aplicaciones para controlar los periféricos desde los dispositivos emisores, que en muchas ocasiones permiten no sólo ejecutar funciones básicas -volumen, cambio de pista o de emisora de radio, ecualización€-, sino incluso escuchar archivos distintos en cada altavoz y regular estos independientemente. En una casa puede parecer extraño, pero en un negocio tipo gran almacén es habitual. Esas funciones extra son las que pueden decidir a un usuario a estirar su presupuesto y optar por este sistema.

El factor clave es la calidad de la señal. Si la instalación se basa en una red wifi convencional, el centro de todo será el router que reparte la señal, lo que exige asegurarse de que esta llega con buena intensidad a todos los elementos del sistema, tanto emisores -equipo de música, ordenador, tableta, iPod, smartphone€- como altavoces.

Pero en muchos casos la señal wifi encuentra estorbos e interferencias que la debilitan y llegan a anularla, por lo que algunos fabricantes ofrecen sistemas que crean su propia red con una canal y una intensidad distintos de los convencionales, mientras que otros proporcionan comunicación wifi directa entre aparatos que se entienden sin necesidad de otro que intermedie.

Por último, un aviso para los usuarios de Apple: esta marca utiliza el sistema Airplay, que funciona sobre una red wifi preexistente y sólo se entiende en principio con los periféricos que lo llevan instalado; sin embargo, la base de conexión Airport Express convierte cualquier altavoz en un receptor.

PLAY:5 POR WIFI O SISTEMA PROPIO. 399 €. SONOS

CONSOLETTE CONECTA POR WIFI Y SISTEMA AIRPLAY (APPLE). 900 €. MARANTZ

AUTHENTICS L16 DE ESTÉTICA RETRO. POR AIRPLAY. 805,50 €. JBL

ZIKMU POR WIFI Y AIRPLAY. 1.229 €. PARROT

ODÍN POR WIFI Y AIRPLAY. 329 €. EET EUROPARTS

COCOON HOME POR WIFI Y AIRPLAY. 299 €. EL SOPORTE FLOORSTAND SE VENDE APARTE, 129 €. DENON

SOUNDTOUCH 30 POR WIFI Y AIRPLAY. 699 €. BOSE

A7 POR AIRPLAY. 799 €. BOWERS & WILKINS