Miles de multas de tráfico impuestas a extranjeros, principalmente por exceso de velocidad, se quedan sin cobrar en Balears cada año debido a que la persona sancionada tiene fijada su residencia fuera de nuestro país, una situación que también viven los españoles cuando circulan fuera del territorio nacional. Para poner freno a estas situaciones de impunidad, el Parlamento Europeo ha apoyado una directiva que tiene como objetivo el intercambio de información entre Estados miembros para poder tramitar estas denuncias en el futuro.

Según los datos facilitados por la jefa provincial de Tráfico, Teresa Sau, las multas a extranjeros en la red viaria balear durante 2009 y 2010 que sí se han logrado tramitar ascendieron a 11.953 y a 11.618 respectivamente, cifras que podrían verse superadas este año si tenemos en cuenta que solo durante los seis primeros meses de este ejercicio ya se llevan acumuladas 6.219, y eso sin incluir los meses con más presencia de turistas, como son julio y agosto.

Estas sanciones corresponden básicamente a los incumplimientos de la Ley de Seguridad Vial ­–como la conducción bajo los efectos del alcohol, circular sin cinturón o haciendo uso del teléfono móvil– y los excesos de velocidad que se detectan con radares móviles. Si tenemos en cuenta que el total de multas impuestas en Balears por estos mismos conceptos se han movido en 2009 y 2010 entre las 59.000 y las 60.000 (incluidos tanto españoles como personas de otra nacionalidad), el resultado es que cerca de un 20% de estas infracciones están protagonizadas por extranjeros. Una gran parte de las incluidas en este apartado se consiguen cobrar, dado que la Guarda Civil de Tráfico detiene siempre que puede el vehículo infractor y, en el caso de los extranjeros no residentes en España, solo deja la alternativa de pagar la sanción en el momento –beneficiándose del correspondiente descuento– o en caso contrario se inmoviliza el automóvil.

El problema aparece en los excesos de velocidad que son detectados por los radares estáticos, porque en la imagen que éstos toman se ve la matrícula del automóvil, pero cuando ésta es extranjera y corresponde a un visitante o se comprueba que es de un coche de alquiler que en ese momento estaba conducido por un turista, se detiene la tramitación de la multa, dado que ésta no va a poder ser cobrada al estar la residencia del infractor fuera del país, según reconoce Teresa Sau.

Tráfico no da cifras exactas sobre el número de extranjeros que logran salir impunes de estas situaciones, pero si se tiene en cuenta que en 2009 se aplicaron 35.626 denuncias gracias a esos radares fijos, y en 2010 fueron 28.626, de mantener el porcentaje del 20% de las restantes denuncias protagonizadas por extranjeros, el resultado es que entre 5.000 y 6.000 habrían sido cometidas por personas de otra nacionalidad, una gran parte de las cuales son visitantes.

Un aspecto que subraya la jefa provincial de Tráfico es que la tasa de denuncias vinculadas a personas de otros países no es elevada, si se tiene en cuenta que en torno a un 22% de la población balear es extranjera, y que entre ésta la tasa de personas conductoras es muy elevada debido a que en la mayoría de los casos se trata de adultos.

La proporcionalmente baja implicación de los extranjeros en los incidentes que se registran en la red viaria se detecta también en los accidentes mortales. En lo que va de año, 26 personas han muerto en el momento del siniestro o a las 24 horas en incidentes registrados en las carreteras y zonas urbanas de Balears. De ellas, tres eran ciudadanos de otros países de la Unión Europea y dos extracomunitarios, es decir, un 19,2% del total de víctimas.