"Pep Merda estuvo en el chalé. Sabía que yo tenía una caja fuerte y conocía dónde estaba". Con estas palabras, Pau Rigo, el anciano de 77 años que sufrió un atraco en su chalé de Porreres en febrero y mató a un asaltante, señaló el lunes en su comparecencia judicial al considerado 'cerebro' de la banda de maquinar todo el golpe.

Rigo, imputado por el homicidio de uno de los jóvenes asaltantes, dejó meridianamente claro ante la juez de Manacor quién era el artífice del asalto. José Antonio S.L., de 44 años, se había ofrecido para trabajar como comercial anteriormente en la empresa de tragaperras que tenía la víctima del atraco. Por este motivo se habría mantenido siempre a una distancia prudencial, alejado de los ojos del anciano.

Al parecer, el llamado 'Pep Merda' conocía que Rigo solía guardar dinero en metálico de la recaudación de las máquinas en su domicilio. Sin embargo, el presunto cabecilla de los asaltantes desconocía, supuestamente, que la víctima del atraco había cerrado el negocio a finales del año pasado.

El anciano insistió el lunes durante su comparecencia ante la titular del Juzgado de Instrucción número uno de Manacor que "no quería matar a nadie". Rigo recalcó que estaba "muy asustado"y "muy superado por la situación".

De hecho, el anciano abundó en su declaración judicial que pretendía asustar a los atracadores. "Creía que se iban a marchar", precisó.

A la hora de reconstruir cómo ocurrieron los hechos que desencadenaron la muerte de Mauricio E.B., de 25 años, al recibir un disparo a bocajarro, el anciano subrayó que los asaltantes se le abalanzaron mientras iban encapuchados, con guantes y esgrimiendo una pata de cabra. "Jamás amenacé con dispararles", puntualizó.

Pau Rigo afirmó que los asaltantes se encontraban muy nerviosos. "Habían encontrado mucho menos dinero del que se esperaban", afirmó. Esta circunstancia hizo, de acuerdo con la versión del dueño del chalé de Porreres, que los hermanos gemelos estuvieran muy alterados. "Temía por mi vida y por la de mi esposa", indicó. El anciano tuvo que interrumpir su declaración en dos ocasiones al echarse a llorar.

Uno de los asaltantes, Freddy, admitió que había empezado a propinar una serie de puñetazos en la cabeza al anciano en cuanto vio que había disparado a su hermano con la escopeta. El herido falleció horas después en Son Espases. Pau Rigo fue llevado al hospital de Manacor con un fuerte traumatismo craneoencefálico y la fractura de los huesos de la nariz. El matrimonio fue explorado por el forense antes de prestar declaración. El hombre compareció como víctima y como imputado.