El jurado declaró este jueves por la tarde culpable de asesinato y tenencia ilícita de armas a Arnau M.N por matar de dos tiros en el pecho y el cuello a Ángel Abad en su bar de Porto Cristo el pasado 24 de junio de 2014. El tribunal popular alcanzó el veredicto por unanimidad y también rechazó la atenuante de alteración psíquica.

Según consideró probado el jurado, el acusado atacó de forma sorpresiva a la víctima, que mantenía una relación sentimental con su esposa. Le disparó con un revólver del calibre 38 del que carecía de licencia y de guía de pertenencia. El fallecido no pudo defenderse. Luego, ocultó el arma en un escondrijo en su taller.

Arnau, vestido con bermudas, deportivas y una camisa de manga corta a rayas, escuchó de pie e impasible el veredicto de culpabilidad. La fiscal solicitó para él 22 años de prisión, la pena máxima por los dos delitos, al recalcar que es una persona "fría, peligrosa y calculadora" que actuó con premeditación y que nunca se ha arrepentido de los hechos. El letrado de la acusación particular, Bartomeu Salas, pidió la misma pena por la actitud del sospechoso, la gravedad de los hechos y su "ruindad" a la hora de defenderse. Por su parte, el abogado defensor, Miguel Mir, reclamó penas mínimas que suman 16 años de cárcel y reiteró su voluntad de entregar una vivienda del acusado para reparar el daño.

La hija del fallecido, que ha estado presente en todas las sesiones del juicio, quiso dar las gracias a todos los investigadores, a la fiscal, a su abogado Bartomeu Salas y a la Policía Nacional, en especial, al entonces jefe del Grupo de Homicidios, Juan Palomo. La joven no pudo reprimir las lágrimas al escuchar el veredicto. El caso quedó visto para sentencia

Alegatos finales

Unas horas antes, en su turno de última palabra en el juicio, el acusado había manifestado: "Soy inocente, soy un trabajador, nunca he hecho nada malo. Siempre he respetado y ayudado a los demás".

"Creo en la Justicia, pero si me consideran culpable injustamente, hay una casa para reparar los daños", añadió el hombre, de 53 años, que lleva preso desde el verano de 2014.

Durante el trámite de los informes, las acusaciones recalcaron que Arnau planeó el crimen, ocurrido la mañana del 24 de junio de 2014 en el bar de la víctima, Ángel Abad, al que pegó dos tiros en el pecho y el cuello con un revólver del que carecía licencia y guía de pertenencia. Por estos hechos, tanto la fiscal como el abogado de la acusación particular, Bartomeu Salas, solicitan 22 años de prisión por un delito de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas.

El letrado de la acusación particular destacó que Arnau "es un asesino que estuvo un año planeando matar a Ángel Abad". El abogado ha definido al sospechoso como "una persona fría y calculadora". Según su versión "pocos asesinatos han sido más claros que este". Salas insistió en que el encausado estuvo realizando búsquedas en internet sobre armas y su funcionamiento meses antes del crimen. Y, el día antes del asesinato, acudió al bar de la víctima en Porto Cristo a tomar un café para "preparar la escena de los hechos y asegurar su huida", según manifestó.

Por su parte, la fiscal indicó que fue un ataque por sorpresa. El fallecido no tuvo opción de defenderse. "Murió con la servilleta en la mano, estaba desayunando, no se pudo defender. No tiene ninguna lesión de defensa. Los dos disparos fueron inmediatos, seguidos, a corta distancia y la muerte fue rápida según dijeron los forenses", explicó la representante del ministerio público.

La fiscal también señaló que el móvil del crimen era la relación que la víctima mantenía con la esposa del acusado. La acusación pública ha desgranado ante el jurado popular los numerosos indicios que incriminan a Arnau M.N. Según su versión, su huella hallada en una taza de café lo sitúan en el escenario del crimen esa mañana. La Policía Nacional también encontró el arma empleada, un revólver marca Llama, modelo Scorpio del calibre 38, en un escondrijo en su taller. Además, según hizo hincapié la fiscal, las dos balas halladas en el cadáver de Ángel fueron disparadas desde ese revólver, como indicaron los peritos en el juicio.