La ausencia de una testigo considerada crucial obligó ayer al tribunal a reunirse para sopesar si debía supenderse un juicio por abusos sexuales a una menor en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma. El fiscal solicita cinco años de prisión.

Pese a este contratiempo, el tribunal decidió finalmente celebrar la vista. El procesado negó categóricamente los supuestos abusos a la menor de doce años de los que era acusado en el interior de su coche. "Nunca fuimos solos, siempre íbamos acompañados", recalcó el encausado ante la sala. Asimismo, el acusado aseguró que la denunciante se había vuelto "malcriada y manipuladora".

Esta tesis fue mantenida también por el abogado defensor del encausado. De hecho, durante su exposición de conclusiones definitivas, el letrado aseguró que los cargos sobre su cliente habían sido motivado por "un capricho". Así aseguró que la denuncia se orginó al pedirle la menor al acusado un teléfono móvil de gama alta y este no habérselo regalado.

Por su parte, el representante del ministerio público se reafirmó en su calificación inicial y, al término de la vista, solicitó al pena para el procesado de cinco años de prisión por un presunto delito continuado de abusos sexuales a una menor de 13 años y pidió una indemnización de 3.000 euros.