La magistrada de Palma que investiga el grave atropello que sufrió una alumna del colegio Madre Alberta el pasado 26 de abril cuando fue arrollada por un taxi mientras realizaba una actividad escolar de orientación en los alrededores del centro educativo, y que finalmente falleció en el hospital de Son Espases el 3 de junio, ha citado a declarar en calidad de investigados a un profesor que estaba a cargo de la menor y al taxista que la embistió.

La juez instructora ha acordado que los dos denunciados comparezcan la semana que viene en la sede de Vía Alemania para que presten declaración por un delito de homicidio imprudente.

Los padres de la niña de 14 años fallecida interpusieron este verano una denuncia contra la escuela, un docente que daba la salida a los alumnos al inicio de la prueba de orientación y el taxista que la atropelló por homicidio y lesiones imprudentes al considerar que hubo una grave negligencia. De hecho, el atestado de la Policía Local de Palma atestado de la Policía Local de Palmasobre el fatal accidente es muy contundente, ya que cargaba contra los profesores encargados de la actividad y el conductor su responsabilidad en los hechos.

Los agentes concluyeron que los dos maestros responsables de la prueba de orientación eligieron de forma errónea el lugar de inicio de la actividad, haciéndolo desde la acera contraria, ya que los alumnos estaban obligados a cruzar la calzada de forma apresurada por una zona no habilitada nada más empezar la prueba de orientación. Además, no modificaron el lugar, pese a la existencia de un camión averiado estacionado en el punto en el que comenzaba la actividad y que impedía la visibilidad.

El informe policial también culpa al taxista por circular a una velocidad excesiva, como mínimo a 64,07 kilómetros por hora, en un tramo donde el límite máximo permitido es de 50 kilómetros por hora.

Los especialistas de la Policía Local tienen en cuenta también que en la zona hay una señal de peligro por la presencia de niños y por la existencia de un colegio en las cercanías, por lo que consideran que el chófer debería haber moderado la marcha al conocer que había menores en las inmediaciones y, más aún, en el momento de perder la visibilidad al acercarse al camión averiado.

El atestado recalca que la víctima no eligió el lugar por el que cruzar la calle, sino que se le impuso y no era un paso de peatones. La adolescente estaba realizando una actividad cronometrada, en la que la nota obtenida dependía del tiempo, por lo que los niños corrían.

El juzgado que instruye la causa ha admitido las diligencias solicitadas por los denunciantes. Así, la directora del colegio y otro profesor deberán comparecer en la sede judicial para declarar en calidad de testigos. También se requiere a los denunciados para que aporten las pólizas de seguros para cubrir las posibles responsabilidades civiles. Y se ha pedido que se remita la documentación médica a la clínica forense para que emita un informe de valoración sobre los días de ingreso en la UCI pediátrica, intervenciones quirúrgicas practicadas y lesiones padecidas por la menor, que finalmente causaron su fallecimiento.

Los hechos ocurrieron sobre las nueve y media de la mañana del pasado 26 de abril, cuando un grupo de unos 30 alumnos de tercero de ESO salió del colegio Madre Alberta para realizar una actividad de orientación en un pinar cercano bajo la tutela de dos profesores. Uno de ellos realizó los preparativos en el bosque mientras que el otro acompañó a los escolares hasta la calle Miguel Lladó, junto a un banco, detrás de un camión averiado, desde donde les daba la salida. A 113 metros de allí había un paso de peatones. Al llegar el turno de la víctima, la cogió del brazo y le dio la salida, según la denuncia. Cuando cruzaba la calle la menor, el taxi la atropellóCuando cruzaba la calle la menor, el taxi la atropelló.